sábado, 7 de noviembre de 2009

¿Telebasura?


Desde hace un tiempo a esta parte se ha puesto de moda un término que yo, que soy una ciudadana de a pie normalita, no termino de entender. Cada vez que lo escucho mi masa gris empieza a coger temperatura intentando descifrar el significado de tal concepto: telebasura. Parece ser, según los seudointelectuales afincados en nuestro sistema, que con esta palabrota se quiere definir a todos los programas que de una u otra manera intentan engordar sus índices de audiencia ofreciendo morbo, que no es más que una tendencia obsesiva hacia lo cruel, desabradable o prohibido. Otros entienden la telebasura como aquella que sólo ofrece vaciedades y chismorreos vacuos que no hacen sino anestesiar el cerebro del telespectador, distrayéndolo de los problemas reales de nuestra sociedad. Pero yo que, como ya he dicho en alguna ocasión, soy un ser pensante, como la mayoría de mis conciudadanos, intento, y apenas consigo, entender por mí misma qué hay de verdad en todo esto. De manera que cojo mi mando, que es tal vez lo único que todavía es mío, y consulto el menú televisivo con verdadera ansiedad. Son alrededor de las cuatro de la tarde, único momento del día en que me permito semejante licencia; he trabajado toda la mañana, tengo la cocina recogida y la "pájara" de la digestión, que no me permite hacer esfuerzos al menos durante una hora, depués seguiré con mis trajines. Es mi hora bruja y, como digo, cojo "mi mando" y me dispongo a hacer un repaso al menú televisivo en el único momento que me lo puedo permitir. Y me encuentro, más o menos en este orden: una telenovela, un documental sobre las mariposas, un corrillo de cotillas, otro más, un montón de imberbes descoyuntándose delante de ¿un profesor de baile?, un reportaje sobre la guerra civil, gente poniendo a caer de un burro al gobierno, videos musicales, más videos musicales... Vuelvo a repasar el menú, llevo tanto rato haciendo zapin que lo mismo ha entrado algo de más interés. Lo mismo, pero como son las cuatro y diez, ahora los colaboradores están calentándose en su salsa y la mariposas están haciendo el capullo, ¿o es al revés? Con el cerebro hecho una tortilla del Sacromonte, me dispongo a elegir canal, ahí es nada. Las mariposas ni hablar, no he visto en mi vida un documental más aburrido y difícil de entender; los videos músicales descartados, a mi me gusta elegir mi musica y el momento en que la escucho; he pasado de largo los corrillos de cotillas, mi subconsciente adoctrinado me dice que si quiero elevar mi nivel de educación ésta es la úlma opción; la novela no la sigo y no subsita mi interés; la guerra civil, a estas alturas, ya no me aporta nada, me he visto cientos de reportajes, sin mencionar que ya me la contó mi abuelo mil veces y, además, estoy deseando olvidarla; los tertulianos políticos no hacen más que contar las fechorías que perpetra el gobierno y las bondades que nos esperarían de ocupar ellos los sillones, no se porqué, no me convencen, muy mala hora para seguir debidamente sus chascarrillos. Apagaría la tele y cogería un libro, pero no tengo cuerpo, es mi hora bruja, y además, desde mi sofa veo la última obra elegida para leer en mejor momento: "La casa de Bernarda Alba". ¿Alguien me puede decir qué diferencia hay entre las tragedias de Bernarda y las de la Pantoja o la Esteban? Tal vez la diferencia radique en el lenguaje utilizado en una y otra opción. No puede ser. Invito a los lectores que ojeen cualquier página de las obras de los betsellerados premiados en nuestro pais, tan laureados por nuestros distinguidos intelectuales. Señores, palabras como polla, cojones, follar, cabrón, puta... y sus variables, aparecen salpicadas sin ton ni son por los relatos para deleite del ingenuo lector, que busca alimentar su intelecto en la literatura. ¿He de esconder tales libros a las cinco de la tarde, horario infantil, o arrancárselos de las manos a los menores que me rodean, hasta las ocho? Sin contar que los argumentos de dichos afamados escritores no pasan de relatarnos las escenas más pedestres y terruñeras que pueda imaginarse, como por ejemplo el misterio que suscitan los hombres que entran y salen del baño de un aeropuerto, páginas y páginas, o la manera de solventar la higiene de una mujer con la menstruación, datos sobre compresas y cómo colocarlas y... Francamente, después de la transformación física de Camilo Sexto, no he encontrado nada que suscite más mi interés que los baños masculinos de los aeropuertos. No os engañeis, basura hay en las mejores casas, aunque algunos la envuelvan en un bonito papel de regalo. Y, sea com fuere, al fin y al cabo, los mismos que denuncian la telebasura son los que promocionan la radiobasura, prensabasura y literaturabasura. No hay telebasura, hay sistemabasura.
Mis respetos a la Esteban, al fin y al cabo ella se gana la vida dando la cara y exponiendo su incultura; otros la esconden tras sus corbatas y lujosos despachos.

3 comentarios:

Curro dijo...

Muy bien señora Mercedes, es Vd. muy valiente, pero me da que esuna antisistema. Hay unas normas o mejor dicho estereotipos que estan establecidos y que seconsideran correctos o como dicen politicamente correctos. Todo aquel o aquella que los omita esta fuera de lugar y no tiene cabida en este mundo. Yo creo que estamos muchos asi, pero somos cobardes y nos dejamos llevar, estamos apesebrados y en el fondo quiza no queremos que las cosas cambien. Pero de vez en cuando, al leer a alguien como Vd. nos alegra ese momento fugaz. Lo que pasa es que como siga escribiendo asi, le van a preparar una pira muy grande. Es una broma, pero si fuera verdad, no se preocupe porque tendria en mi a un gran defensor. Animo a seguir escribiendo asi
Me gustaria que comentase algo sobre la gente de la cultura. Esa pleyade de actores y cantantes de segunda fila que parece que hablan excatedra y todo lo que hacen es lo correcto, los demas son pobres diablos los catedraticos, medicos, ingeniros sin cultura.

Verónica O.M. dijo...

Pienso que en la televisión, nunca se ha visto tanta digamos "basura"
por no decir de tantísimos anuncios, que de tantos cortes publicitarios que te dan pierdes el hilo de lo que estés viendo, las películas veces y más veces repetidas, para mí que nos deben de tomar por tontos, los programas de chafardeos ya es "demasiado" deberían tener en cuenta que no a todo el mundo, nos gusta ese tipo de televisión.
1 besito.

Mercedes Pinto dijo...

Gracias, Verónica, por dedicar tu tiempo a visitar mi blog. Nos veremos por estos lares y seguiremos hablando de estos temas y muchos otros.