Entrada publicada por Jose C.
Seguramente habréis oído hablar de ella, pues en los últimos tiempos hay cierto empeño divulgar esta capacidad. Es algo que venimos utilizando desde siempre -que yo sepa- pero a menudo de manera inconsciente. Por ejemplo, la expresión "ojalá me toque la lotería" u "ojalá consiga ese trabajo" y tantas cosas de este tipo. También los hay deseos malsanos como "mal rayo te parta" o "por ahí te pudras" y montones de combinaciones lingüísticas que todos conocemos en este sentido. No recuerdo a nadie, por muy escéptico que se autodefina, que en ningún momento haya invocado algún tipo de deseo. Es por tanto esto de desear y esperar que se manifieste tal deseo, algo intrínseco en el ser humano.
Para mi es una ley incompleta, pues entiendo que se ha extraído de la ley (llamémosla universal) de causa - efecto, también denominada de otras formas equivalentes, y que no es más que electromagnetismo, que parece estar presente en todo lo que se mueve en el universo, tanto a nivel físico como metafísico. Considerar solo la atracción en esta ley es ignorar el paquete completo de consecuencias, afectadas también por la repulsión o rechazo, que queramos o no va unida. Es decir, si formulamos adecuadamente un deseo negativo para alguien, por el efecto correspondiente esta persona tendrá una emoción-experiencia negativa, que de alguna manera proyectará a su entorno y acabará volviendo hacia nosotros, ya sea por caminos directos o al alcanzarnos en su deambular por el universo. Del mismo modo, si formulamos un deseo positivo para nosotros mismos pero que pueda repercutir de alguna manera en perjuicio de alguien, se ocasionará un efecto repulsivo que nos vendrá de vuelta.

Visto así, desde la convicción de que el universo no funciona de manera fortuita o caprichosa, convencido por tanto de que lo que ha de pasar depende de como pensemos y actuemos en el presente, me propongo para 2011 y en adelante desear tanto para mi como para el resto de seres inteligentes, que además tenemos la facultad de crear conscientemente, reflexionar sobre nuestros actos, costumbres y pensamientos mas o menos automáticos, al objeto de contener nuestros impulsos de repulsión ante las situaciones que vivimos y pararnos a valorar si lo que estamos pensando, realmente será para propio beneficio aún cuando se tome consciencia de que perjudicará a otro, y así por ejemplo, tener presente que hay muchos seres en la tierra, hermanos, que no pueden participar en estos espacios, ya no porque no tengan medios, sino porque dedican su existencia a subsistir, tratando de vencer retos tan elementales como el hambre y la enfermedad, valorando si en estas décadas de crecimiento económico y de bienestar social ha habido algún beneficio para ellos o reducción alguna de este mal, mientras luchamos por nuestros deseos de mejora sin considerar a quienes se quedan atrás. Me parece algo fundamental para poder hacer realidad nuestros deseos más profundos y más aún en los tiempos que vivimos, en los que se prevé un importante cambio en el que deberemos participar con nuestra mejor voluntad. Recordad que todo se mueve y se manifiesta como energía, que no se destruye y que, lo creamos o no, nosotros la canalizamos y la dirigimos.
Así pues, deseo un ¡FELIZ 2011! y sucesivos, y que nuestros propósitos estén cargados de energía para proyectar amor hacia nosotros mismos, nuestros seres más queridos y hacia la humanidad, que de seguro, así nos irá mucho mejor.

Finalizo este texto señalando también algo muy importante, el agradecimiento, y en concreto el mío hacia tod@s vosotr@s por estar ahí, acompañando con vuestras visitas y comentarios y especialmente a Ángeles y Mercedes por dispensarme un hueco en este blog compartido por tanta buena gente.
Abrazos,
Jose C.
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