domingo, 23 de enero de 2011

BAILES DE SALÓN

Autora: Ángeles Hernández Encinas. 

           
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Ana pasó la tarde en la playa con unos nuevos amigos que le ayudaron a alegrar su difícil momento; así, más animada, aceptó la invitación para tomar después unos vinos en alguna de las terrazas que en el verano costeño se instalaban por doquier. Vestida como para salir, con una larga falda blanca y un vistoso chaleco tejido en cuero gris, se sentía hermosa y acudió a la cita, algo inquieta pero contenta.

La placita empedrada  donde la esperaban era un lugar agradable. Allí se instaló con una sonrisa leve, como pidiendo permiso. Junto a las personas que ya conocía había otras que no había visto jamás, entre ellos un hombre serio y taciturno que sólo parecía mirar dentro de sí mismo; su fino bigotito y su calvicie prematura que contrastaba con la tersura de su piel, hacían que su aspecto fuera, al menos, peculiar.
Cuando la noche estival estaba ya avanzada, alguien comentó que arriba en la aldea se celebraba la verbena de S. Pedro y propuso acercarse para seguir copeando y echar unos bailes. ¿Por qué no?, si el día estaba resultando tan entretenido nada mejor que terminarlo en el “chunda chunda” de la fiesta popular.
Ana bailó -¡cuánto tiempo llevaba sin echar un pasodoble!- con sus amigos y también con el chico serio y peculiar que, como todo el mundo, tenía nombre propio. Se llamaba José.

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Ana y José bailaron un pasodoble, o dos, o varios, cogiditos de la mano y la cintura, las caras muy separadas cada uno mirando al infinito y los pasos acompasados a pesar de todo. Como ella se movía más deprisa, a él no le quedaba otro remedio que dejarse llevar en un silencio casi monacal que sólo rompió después de unos giros mareantes al compás de “España Cañí” preguntando en un susurro: “¿Siempre mandas tanto como ahora?". Ana intuyó que detrás del bigotito se escondía un personaje mucho más interesante de lo que a simple vista parecía.
Tuvo la oportunidad de empezar a comprobarlo algo más tarde, cuando antes de despedirse José le pidió que le acompañara durante las siguientes semanas a un curso de bailes de salón: “Es que sin pareja no me admiten”, añadió. Ana, riendo para sus adentros, no pudo negarse por lo insólito de la propuesta y del motivo. Aceptó aclarando al extraño Fred Astaire que, únicamente disponía de una hora, pues sus dos hijos no podían pasar mucho tiempo solos.

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El curso de bailes de salón comenzó y tres tardes a la semana, durante sesenta minutos, Ana y José danzaban a las órdenes de una elegante profesora que les instruía, junto con otras parejas, sobre el arte de moverse con estilo y salero al paso de fox, merengue, bolero, tango,rock...
Bailaban en silencio, el mutismo de José era absoluto y Ana no sabía si hacer algún comentario o seguir las pautas de su galán. Optó por lo último y únicamente al final de la sesión se atrevía a murmurar: “Tengo que marcharme, me voy corriendo a casa que los niños me están esperando”.
Cada nueva clase el mismo ritual: se encontraban, se saludaban, se asían, se movían al son de la pieza correspondiente y no intercambiaban palabra. La cara de Ana, sus brazos, sus cosquillitas en el estómago, su cuerpo entero, iban adquiriendo un cierto toque, ansioso e incomprensible que aumentaba a medida que las semanas iban pasando. No entendía el silencio, no sabía qué pretendía su compañero, pero le gustaba sentir el calor del cuerpo próximo, el olor y el aliento de José en su nuca, mientras que, con los ojos cerrados, marcaba el ritmo para sí: un-dos, un-dos-tres, un-dos... También la despedida era siempre igual: “No puedo, he de irme”. En una ocasión, para cambiar el guión, Ana apostilló: "Como Cenicienta en el baile, he de salir corriendo antes de que llegue la hora”.

-4-
El curso de danza terminó y los niños de Ana se fueron de vacaciones; su vida languidecía de manera monótona y aburrida hasta que un día...
Un día, al llegar del trabajo vio que la luz roja del contestador del teléfono parpadeaba; descolgó rauda y veloz. Tras la frase de la operadora, una voz vagamente conocida le habló: “Hola Cenicienta, soy el príncipe azul y estoy deseando poder decirte todo lo que callé mientras te tuve en mis brazos, moviendo mis pies al compás de los tuyos”.

67 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque sólo sea por curiosidad yo me apunto a la cita. ¿Qué hay tras tanto silencio?

Ángeles Hernández dijo...

Es la manera de seducir de un hombre tímido e introvertido.

Después...buenos momentos, otros peores, ya sabes Nines, como en todas partes.

Un abrazo Á.

Amando Carabias dijo...

No sé si está historia está basada en un hecho real, pero yo conozco un hecho real que dio lugar a muchas cosas y que nació en una academia de baile.
Las cosas incluso tuvieron hasta más instantes dramáticos. Aunque el final también fue feliz.
Y es que el contacto de dos cuerpos (aunque no haya nada lascivo en ese roce) puede ser algo increíble, o puede ser nada.

Maria Sangüesa dijo...

Bien, seguiremos con interés el curso de estos bailes de salón. Abrazos.

Ángeles Hernández dijo...

Es verdad Amando, el contacto de dos cuerpos que se mueven al compás de la música, sobre todo si uno o los dos sienten atracción por el otro, puede ser un coctel explosivo.

En academias de "bailes de salón" nuestra generación y en los bailes organizados cada domingo, se han fraguado no pocas relaciones en este país.

Un abrazo y muchas gracias por tu visita. A.

Ángeles Hernández dijo...

Gracias Maria por tu visita y tu comentario.
Ya veremos si hay algo mas que contar.

Un abrazo. A.

ARO dijo...

Bonita y simpática historia. Precisamente esta tarde he pasado por un lugar donde muchas parejas asistían a clases de baile y bailaban muy agrraditas al compás de pasodobles. ¿Se estarían fraguando historias com esta? ¡Quién sabe!

Anónimo dijo...

Sigue por favor, lo hás puesto
realmente interesante.
Mis mejores pasodobles fuerón con
mi abuelo a pesar de su cojera.

V.C.

Javier. M. V. dijo...

Un relato en el que como muchos -al menos eso creo- se ficciona la realidad. Una historia que se da en muchas academias, independiente mente del país. Me agrada el texto por su facilidad para recrear imaginariamente el escenario y a sus personajes.

Recibe un gran abrazo.

RAMPY dijo...

Hola, Ángeles. Hacía mucho tiempo que no tenía oportunidad de leerte. No por falta de ganas, sino más bien por falta de tiempo. Me ha encantado volver a hacerlo. Voy a hacer propósito de enmienda para no "perderme" tanto.
ps. Me ha encantado el relato.
Un beso enorme.
Rampy

anapedraza dijo...

¿Por qué enamorarán los silencios?

¡Me ha encantado!

Miguel

Cita Franco dijo...

Ay si yo te contara lo que esconden las academias de baile...

Un lujo

cita

MORGANA dijo...

Bellísimo relato donde sólo existen dos cuerpos y el silencio...
Besos.

Cayetano dijo...

Como un cuento de esos que acaban...¿bien?
Está claro que el baile tiene su código y su lenguaje, y a veces los gestos, el silencio y el tacto son más elocuentes que las palabras.

Un saludo.

Mercedes Pinto dijo...

Me ha gustado esta curiosa historia. Desde el principio José me ha parecido un tipo enigmático y atractivo (ya ves tú, atractivo con un bigotito ridículo y medio calvo, está claro que ha sido a causa de tu habilidad). Quería saber más de esta historia, escrita con la dosis justa de misterio que yo considero tan importante en un cuento corto. Además es fácil de leer, resulta ligero y sencillo, que no simple. Y el final muy bien logrado. Me quedo con ganas de saber si este José fue por fin capaz de ir un poco más allá, con las palabras y las manos. ¿Nos lo contarás?
Un gustazo estos minutos.
Abrazos, compañera y amiga.

Ángeles Hernández dijo...

ARO:
El baile siempre ha sido una manera de comunicarse y de ritualizar acontecimientos. algo más que el cuerpo se mueve al danzar.
A veces el amor.

Gracias y un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Gracias VC:

Que tengas siempre alguien con quien bailar un buen pasodoble además de tu abuelo. Sienta bien.

Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Javier Martínez:

Todo está basado en la realidad y las academías son hoy día un lugar de reunión y de conocimiento.

Me alegro que el texto te haya gustado. Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Hola Rampy: Me alegro de verte de nuevo después de esta temporada. Me has encontrado en diferente sitio. Gracias.

Espero que sigamos en contacto y gracias or tu comentario. Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

anapedraza:
Miguel, me gusta mucho tu comentario, fundamentalmente porque soy una gran parlanchina y tngo cierto miedo al vací, icnluso al de palabras y sonidos.

Esta histoira de silencios el sólo de ausencia de pala bras, porque el lenguaje del cuerpo puede ser muy elocuente.

Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Cita:

¿Conoces bien las academias?

Cuenta, cuenta, debe de ser muy interesante.

Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

MORGANA:

Lo has dicho muy bien, dos cuerpos y el silencio. El silencio de las palabras porque los cuerpos hablan incluso sin pretenderlo.

Un fuerte abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Cayetano:
Tu comentario complementa perfecgamente algunos de los míoas y al relato en fin.
La comunicación analógica, lenguaje del cuerpo ( Flora Davys) puede ser suficiente y en ocasiones muy , muy elocuente.

Tendríamos que aprender a escuchar y a escucharnos en vez de querer siempre llenar el espacio con sonidos.

Gracias Y un fuerte abrazo de Á.

Ángeles Hernández dijo...

Gracias Jefa:

Pues creo que José ( eso me dijo Ana)fue capaz de ir más allá, con las palabras, con las manos y con sus emociones tan íntimas como intensas.

Nunca fue muy hablador pero supieron comunicarse muy bien.

Gracias por tu visita y por tu analítico comentario.

Un beso fuerte de Á.

Flamenco Rojo dijo...

A ver...¿Se comieron las perdices o no?

Un beso.

Narci M. Ventanas dijo...

Preciosa historia, casi como un cuento de hadas, donde las hadas, son, sin duda la música y el baile.

Espero que este final feliz fuera coronado con muchos años de amorosa convivencia.

Besos

TORO SALVAJE dijo...

Tardó pero al final se atrevió.
Bonita historia.

Besos.

Isolda Wagner dijo...

El silencio bien entendido, da lugar a un aluvión de palabras no dichas.
Bonita historia y con final feliz, al menos, principio de algo.
Muchos besos, los lanzo al aire porque nunca sé dónde andas.

mariarosa dijo...

Hermosa historia Ángeles.

Una cenicienta actual y muy bien escrita, gracias por la frescura de tu cuento.

mariarosa

Javier dijo...

¿Sabremos lo que le dijo?
A lo mejor se lo dice bailando "En er mundo"

Estaremos atentos.

Saludos.

Mario dijo...

Una historia preciosa. No sé bien por qué, pero me ha recordado a la novela de Pedro Zarraluki "Todo eso que tanto nos gusta". Y me la ha recordado desde el principio.

Un abrazo

Mario

Ángeles Hernández dijo...

Flamenco:

Me parece que sí que comieron perdices, al menos eso es lo que yo quiero creer ¿y tú?

Gracias por estar siempre, un abrazo "de plumigo a plúmigo" de Á.

Ángeles Hernández dijo...

Narci:

Las hadas están en cada uno, la música es eso, música de fondo.

Yo también espero que por muchos años.

Gracias y un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Toro Salvaje:

Algunos solo se atreven cuando están muy muy seguros. Algo diréia ella aunque fuera sin palabras.

Un avbrazo y gracias por tu comentario Á.

Ángeles Hernández dijo...

ISOLDA:
Final feliz y principio de algo, que bonita paradoja.

Muchas gracias, recibo tu beso dede Cádiz hoy. Mañana ¿chi lo sa?. Otro para ti Á.

Ángeles Hernández dijo...

mariarosa:

Gracias a ti por leer lo que esccribo y por captar esa esencia de que hoy las cenicienta no tiene que llegar pronto porque el hada se lo pide, unos hijos, o unos padres casi siempre están esperando a la cuidadora.

Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Javier:
Le dijo lo que tú decidas, esta es una historia abierta y cada uno pone su propio final.

Un abrazo Á.

Primavera dijo...

El baile, la musica aleja problemas, conduce a dos personas que se unen para bailar en algo mas...como esta historia tan bonita.
Primavera

Jose C. dijo...

Me recuerda este relato a tiempos no muy lejanos, cuando frecuentaba una academia de baile y descubrí que su lenguaje puede resultar tan complicado y peligroso como a veces resulta el hablado.
Buen relato compañera.
Un abrazo.

mariajesusparadela dijo...

Hay silencios muy sonoros y elocuentes.

Anónimo dijo...

Yo quiero ir a una academia de baile, pero no tengo con quien ir, besos Angeles, bonito relato.
No se que pasa , no puedo entrar con mi cuenta de glog, soy Kurra.

Verónica O.M. dijo...

Muy bonita historia Ángeles. Nunca mejor dicho que el roce hace el cariño.
Sin duda estos dos, se rozaron muchísimo.

Abrazos y muy feliz semana

Javir dijo...

Siempre he pensado que no se puede aprender a bailar como no se puede aprender a pinta. Los mecanismos sí, pero el "angel", no.
Ahora sé para qué sirven las academias de baile. Ahora sé que son útiles.

Saludos

Ángeles Hernández dijo...

Primavera:

Gracias por tu comentario, u
y es verdad, la música amansa las fieras y anima a los indecisos, vaya que sí.

Un fuerte abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Jose Carlos:

Comunicarse ¿es peligroso o es un placer?.

Depende, depende....supongo.

Gracias por tu comentario compañero, a mandar que por aquí estamos. Un fuerte abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Maraia Jesús:

También es verda que "Inteligentia pauca" o lo que es lo mismo : "a buen enendedor con pocas palabras basta".

Muchas gracias por tu conciso comentario, los oriendos de Galicia sois expertos en la comuniación no verbal o breve.

Un fuerte abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Kurra:

Mira a ver si a alguien le courre lo mismo que a ti o si no , propónselo así de claor a alguien que te caiga bien.

Un abrazo y dile a uno de tus hijos o nietos quete echen una mano con el ordenador Á.

Ángeles Hernández dijo...

Verónica:

Parece que se rozaron, aunque con el pretexto del baile no se sabe cual era la intención.

Al fin quedó clara, por lo que parece. Un abrazo y muhas gracias por pasar siemnpre por aquí Á.

Ángeles Hernández dijo...

Javir:

Todo es útil en esta vida, depende de la inlusión o intenciónque le pongas.

Un fuerte abrazo y ¡gracias por tu visita Á.

Alhami dijo...

.



....bueno no importa el mutis si al final se destapo con menuda declaración de amor y devoción... vaya, que eso sí es saber esperar para dar el golpe letal... un galán con argucias, jajaja como dicen por ahí, cada quien tiene su modo de matar pulgas...

lindo relato, mi querida ÁH

Te mando un gran abrazo y besos

curro dijo...

Angeles esta es una historia de amor ñoña de las que se quedaron en loa años cincuenta y luego me decis a mi, ademas muy adornada y demasiado rosa, se nota que leyó Vd. mucho a Corin Tellado. Un abrazo.

Ángeles Hernández dijo...

Gracias Alhami por esa vision de que cada uno tien sus argucias o estratagemas. Las mías no son precisamente estar callada pero...

Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Hola Curro ¿Qué tal?, pues no he leído mucho a Corín Tellado, pero conozco bien su trayectoria, en la tierra donde vivo es muy bien considerada, hasta un momumento le han dedicado.

Y puestso a elegir me quedo con Corín en vez de con la Esteban.

Bienvennido a esta su casa. Un abrazo Á.

Conchi dijo...

Vaya, preciosa la historia, y dónde dices que está esa academia de baile hija?, jajajaja, lo digo porque yo me apunté a una a aprender esos bailes, y ya quisiera yo que me hubiera ocurrido una historia similar amiga, jajajaja, bueno, bromas a parte, preciosa la historia, de cuento de hadas vamos, me ha encantado leerla, te mando un abrazo sureno Ängeles.

Ángeles Hernández dijo...

Conchi ya te explicaré donde está la academia, ya verás.

Muchas gracias por tu comentario y tus visitas, un fuerte abrazo de Á.

Marycarmen dijo...

Muy buena esta historia.

ersonalmente puedo dar testimonio de la historia real de mis padres.

MI madre era una preciosa joven trigueña dcon ojos color azabache y excelente figura e iba a tomar clases y a bailar posteriormente con sus padres y sus amigas aun salón de la ciudad.

Allí conoció a Alfredo, un joven alto, apuesto rubio de ojos verdes limón.

Se pusieron de novios y se casaron.

De su matrimonio tuvieron una sola hijaYo, que los venera a pesar que ya partieron alos cielos, y de seguro estaran bailando a Dios.

Muy buen relato.

Te comento que
estas como Blog destacado en mi blog

www.cosechadesentires.blogspot.com
entre mis diferentes listas de amigos de este medio.

He estado ausente un largo tiempo.
Pero te tuve en mi corazón y por ende jamás de ti me olvide.

He vuelto a este sitial y además de visitarte te invito gustosamente a visitar mis blogs dónde has te has de sentir muy bien, y si gustas podrás retirar el detalle dejado en cada uno de ellos.


Te dejo mi cariño con un manojo de humildes semillas de paz.

Marycarmen

Mis blogs

ARTE:
www.newartdeco.blogsport.com

LETRAS:
www.panconsusurros.blogspot.com

REALIDAD- SOCIAL- FILOSOFÍA
www.walktohorizon.blogspot.com

CALMA- ESPIRITUALIDAD
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RECETAS DE LA ABUELA ASTURANA
www.lasrecetasdelaabuelamatilde.blogspot.com

PREMIOS- REGALOS Y SENTIRES
www.cosechadesentires.blogspot.com

MORGANA dijo...

Tienes dos regalos en mi laberinto.
Besitos.

Anónimo dijo...

Un bonito relato. A mi como me
encanta bailar, no me importaría
el silencio, pero, es más
gratificante con una conversación
agradable.
Besos.
Angela.

Ángeles Hernández dijo...

Maryarmen;:
Muchas gracias por tu anécdota bailarina y por la invitación.

Un abrazo y hasta pronto Á.

Ángeles Hernández dijo...

Morgana:

Tus laberintos son muy sinuosos y atractivos.

Un abrazo de Á.

Ángeles Hernández dijo...

Graicas Ángela¡, a mí también me gusta más hablar pero creo que debería aprender a disfrutar del silencio, no es un vacío sino la ausencia de palabras.

Un abrazo como siempre de Á.

J.M. Ojeda dijo...

¡Hola!
Bueno se habría una puerta...
Bonito relato.

Saludos de J.M. Ojeda.

Ángeles Hernández dijo...

J.M :

Una puerta abierta con la ilusión de un príncipe azul ( válido para monárquicos y republicanos).

Un abrazo Á.

Isabel Martínez Barquero dijo...

Una historia de seducción tímida, entrañable.
Me ha gustado su tono y su desarrollo, el ambiente del baile y su final, un final que sugiere la esperanza cuando ya no se espera nada.
Un abrazo.

José Antonio del Pozo dijo...

Hola, Ángeles, muy romántico, muy visual la historia, muy bien mantenido, para mí, el tono.

Ángeles Hernández dijo...

Graias Isabel, historias sencillas porque ls vida a veces lo es.

Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Gracias José Antonio, ahora sólo me queda que la historia sea entretenida y esté bien escrita ;o).

Un abrazo antes de pasarme a padelear por tu casa de Á.