sábado, 19 de febrero de 2011

BREVE HISTORIA DE UNA FAMILIA NORMAL

 Autora: Ángeles Hernández Encinas

Dedicado a Fernando Jiménez Ontiveros, que me sugirió la idea de escribir sobre una familia corriente de nuestra tierra. Con mis mejores deseos para que se recupere.






Santiago García acababa de recibir en su pueblo, cerca de Guijuelo, una carta de su hermano que recientemente había cantado misa y vivía solo en la provincia de Cáceres. También era mala suerte que el obispo le hubiera mandado a más de 200 Km de casa y encima con esa enfermedad que le había cogido al pecho por los fríos y las hambres del seminario. Le proponía el curita en su epístola, que se fuera con él a probar fortuna pues en la aldea, con cuatro prados y poco ganado, no había muchas expectativas. Le ofrecía casa y la posibilidad de coger un "puesto" en el mercado de Abastos recién inaugurado.

Santiago, con veintidós años, no se encontraba muy a gusto en el campo con las bestias; se había comprado un libro de gramática para saber algo más que las cuatro reglas que le enseñaron en la escuela pues no tuvo la posibilidad de estudiar. Aunque el maestro decía que era espabilado, en casa sólo había dinero para uno. Como el mayor tenía "vocación" y a él le gustaban demasiado las mozas, la decisión familiar se decantó hacia Dios, como mandaban los cánones.
Valiente y decidido no tardó en partir donde su hermano, a la búsqueda de nuevos horizontes. Su padre le pagó el billete de tren y allá se fue tan contento, con una mano adelante y otra atrás.

Empezó a trabajar en el mercado de Abastos vendiendo productos del cerdo, por ser él de tierra chacinera. Los primeros tiempos no fueron fáciles, nadie le conocía y tenía poca clientela; por suerte de momento no necesitaba mucho para vivir. Deseoso de compañía y cariño pronto se enamoró de la mujer más guapa y elegante del pueblecito dónde su hermano decía misa los domingos. Ser el hermano del cura le daba cierto prestigio pero la chica, Cristina, aspiraba a alguien más interesante que un paleto de la provincia de Salamanca, por muy buena gente que fuera; no en vano ella se había refinado en un colegio de señoritas, y tenía clase, estilo y cultura general. 

Se casaron al cabo de un año, nadie sabe todavía cómo se las arregló Santiago para conseguir su sueño. A los nueve meses y diez días de la boda vino al mundo la primogénita que les salió muy lista, aunque con la costumbre de "niño por año" no había tiempo ni dinero para lujos ni contemplaciones. Al llegar a cuatro pararon, hasta que, seis años más tarde, cuando ya no contaban con ello nació la pequeña, la luz de la casa, la alegría de todos: Beatriz.

En los negocios todo fue mucho más lento. Se vivía con escasísimo presupuesto y lo poco que se ganaba era para ir comprando cerdos, que luego de una meticulosa elaboración, seguían vendiendo en el primitivo puesto de la plaza de Abastos. Acabó por desplazarse a Extremadura toda la familia salmantina, el padre, la madre y otros dos hermanos, que también se fueron metiendo en la miniempresa familiar.
Los años setenta fueron de bonanza. Las instalaciones mejores en un Matadero Industrial hecho en los sesenta con todos los requisitos de la época, condujeron a un negocio boyante y limpio. Al fin hubo posibles para dar estudios a los hijos, habían salido listos y no tuvieron que quedarse en casa como su padre: "El que no quiera estudiar a trabajar, que todas las manos son pocas”. Pero no hubo lugar.

Los años pasaron ¿cómo pararlos? Uno a uno los chicos salieron de casa para irse reuniendo en la ciudad del Tormes. Allí en una vieja casa sin calefacción, a las afueras, estudiaron, se rieron, trabajaron, y pasaron un poquito de frío. De esa vivienda salió la hermana mayor vestida de blanco para casarse, y en esa inigualable ciudad adquirieron los conocimientos que les habrían de servir para continuar cada uno, su propia vida, su propia familia. También Salamanca les regaló su recio estilo, su arte, sus actividades culturales, su calle "la Rua", su farinato y alguna que otra juerga no escrita en el diario oficial.

Fueron viniendo nietos, nuevos matrimonios y hoy son 20 las personas que en Nochebuena se sientan cada año a cenar en la mesa del hogar extremeño.

EPÍLOGO: Hace unos años que celebraron las bodas de oro y Cristina, con su talento, buen gusto y capacidad de convocatoria ha conseguido una familia nuclear unida y amorosa, a la antigua usanza, pese a que sus cinco hijos y ocho nietos, viven lejos de la Extremadura que les vio nacer; últimamente su memoria no es la que era pero sigue siendo la mujer más elegante y admirada de su tierra. Santiago es el bastión inexpugnable, el núcleo, el que lo lleva todo en la cabeza. Nunca se cansa, siempre está disponible para echar una mano, y su inteligencia y cultura parecen ir en aumento a medida que cumple años. Sus hijos le adoran, su esposa no podría vivir sin él, y en su comunidad es un hombre respetado y sobre todo muy querido.

ÚLTIMAS NOTICIAS. Santiago árbol acogedor, sabio y nutritivo, base de todo su entorno, fuerte y firme como una roca, al que creíamos indestructible, se ha desplomado como abatido por un rayo, súbita e inesperadamente. Esperamos, confiamos y deseamos que su fuerte naturaleza, su espíritu combativo y el cariño de los suyos, le ayuden a ocupar, muy pronto, el lugar que siempre le correspondió.

52 comentarios:

Cayetano dijo...

Más de un salmantino acabó viviendo y formando familia en Cáceres. A los de la tierra del "farinato" aquí les llaman "salamanquinos". Por razones de familia política, conozco algún caso como el que aquí nos traes hoy. Muy típico eso de la familia nuclear en torno al "pater familias". Entrañable historia. Santiago, aunque de acero, no es inmortal. ¿Quién tomará el relevo ahora?
Un saludo.

Luis Madrigal Tascón dijo...

¡Qué bien escribes, Ángeles!. La narrativa es un fortín inexpugnable para ti. Cuando te encierras en ella, eres excelente y más aún, das muestra de un talento especial para la novela o el cuento. ¿Cuando darás ese salto? ¿O ya lo has dado? En esta ocasión, excepto los nombres, tengo la impresión de que no hay ficción alguna, salvo posibles retoques. Esa maravillosa familia integral, estructurada sobre hondos principios, trabajadora, ha existido efectivamente, y puede que aún quede alguna. Posiblemente la del señor al que dedicas la narración, don Fernando Jiménez Ontiveros. Trasmítele mi felicitación, y también a su hermano el Cura, si es que vive, y sobre todo mis sinceros deseos,de recuperación, que uno a los tuyos. Un beso, Ángeles. Felicidades. Luis Madrigal.-

Fernando dijo...

Angeles. Suscribo lo que opina Luis madrigal en lo que respecta a tu estupenda forma de escribir. Espero que te decidas y escribas tu gran novela. Te agradezco mucho tu comentario y dedicatoria. En España hay muchos ejemplos como el que tú cuentas. He conocido familias muy parecidas, pues durante algunos años asesoré y organicé a las más importantes empresas de chacinería. ¡Qué tiempos aquellos!
Yo me dediqué a trabajar con multinacionales de informática, muy distinta tarea que la de tu historia, pero lo que cuentas me parece muy positivo, porque es construir un país, lo que necesitamos urgentemente. Un abrazo muy cordial y otra vez hracias por tu sensibilidad.

Ángeles Hernández dijo...

Buena pregunta Cayetano: ¿quién tomará el relevo?. No lo tiene fácil la persona que asuma la sucesión de Santiago. Tanta fuerza y generosidad no son valores muy frecuentes hoy día.

Habrá que intentarlo.

Un abrazo y gracias por tu visita Á.

Ángeles Hernández dijo...

Qquerido Luis:

Muchas gracias por tu elogioso comentario que me anima a seguir escribiendo, aunque sólo sea en esta forma de resumen de pequeñas historias.

Daré tus recuerdos a Santiago y al cura que sigue, después de casi 60 años, conduciendo a sus feligreses después de más de tres generaciones.

Un fuerte abrazo de Á.

curro dijo...

Y colorin colorado este cuento se ha acabado. Ponga un cura en su familia, conste que yo tengo un primo cura, y asi se modula un peazo de familia como esa. Que tomen nota los demas y emparenten con un cura aunque sea lejano. Un abrazo.

Ángeles Hernández dijo...

Querido Fernando:

Así que la industría del lomo y el jamón también nos unen, algo tenía que haber además del amor por la literatura y la coincidencia de algunos nombres.
Santiago es Santos como el amigo de Gabriel. Su hija, Ángeles le rinde un pequeño homenaje desde este lugar, aprovechando una asociación de ideas: la de los hombres de bien como mi padre y como tú.

Un abrazo y gracias por tu compañía Á.

Ángeles Hernández dijo...

Curro:

Pues ponga un cura en su vida, o una monja. Cualquier persona es válida, incluso un provoador como usted.

Muchas gracias por la lectura, por el comentario y un abrazo Á.

emejota dijo...

Un verdadero placer de lectura. Me ha gustado mucho y no puedo sino ratificar tantos comentarios sobre tu habilidad para narrar y el hecho de poder dedicarte a hacerlo de forma profesional. Un fuerte abrazo.

mariajesusparadela dijo...

Buen relato.

Anónimo dijo...

Tenía la sensación de que acabaría mal, pero me has dejado muy gratamente sorprendido. También hay buena suerte en el mundo, es verdad.
A veces de las familias normales de ahora es de las que más historias se pueden sacar.
Me ha gustado mucho.
Un beso.

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

¡Qué bien lo haces mi querida
Ángeles!
Historias tán agradables de leer
no lo hace cualquiera y ya sabes
que yo opino como algunos más y
siempre te lo digo "SALTA YA "
Un abrazo

V.C.

Anónimo dijo...

Cuántas vueltas da la vida, bien contado tocaya. Ahora nos toca escribir nuestra historia

Isolda Wagner dijo...

Una historia que me ha hecho pasar un ratito muy agradable; muy bien narrada, Angeles, sin más, ni menos! Me uno a la dedicatoria para Fernando.
Muchos besos a los dos.

Kurra dijo...

Muy agradable de leer y muy distraida esta Historia.
Un besazo.

Mercedes Pinto dijo...

Amiga Ángeles, esa familia luchadora, honesta y unida es un ejemplo para los tiempos que corren. Me conoces y sabes la importancia que tiene para mí el núcleo familiar, donde forjamos nuestro carácter y nuestra mochila se llena de útiles herramientas que iremos necesitando en el devenir de nuestra existencia. Me reconforta saber que todavía hay personas como tú que reconocen ese valor, ahora tan denostado, que nos confiere haber pertenecido a una familia decente.
Un relato bien escrito y con un bello mensaje.
Espero y deseo que Santiago se aferre a esa valerosa famiia que formó y se recupere.
Un abrazo para ti y todos los seguidores.

Princesa115 dijo...

Pues qué decirte después de todos los elogios tan merecidos que has recibido. Me sumo a ellos y te puedo decir que siempre que te leo me trasportas a esa historia, me haces protagonista de ella.
Te felicito por tener ese arte en tus manos.

Un beso

Jose C. dijo...

A mi también me ha encantado como has narrado la historia de esta familia. Se mete uno perfectamente en situación. Me parece también que es un ejemplo de familia luchadora y de unión que siempre viene bien, especialmente en los tiempos que corren. Esperemos que Santiago recupere fuerzas para seguir echando una mano a su familia.

Un abrazo.

Javir dijo...

Una vida completa en unas pocas lineas. Las suficientes para captar el alma de la familia.

Saludos

José Antonio del Pozo dijo...

Hola, Ángeles: es una bonita semblanza, la que has puesto. Además, es hora ya de que se escriba también de la gente normal y sencilla, que cada vez lo es menos.

Ángeles Hernández dijo...

emejota:
Gracias por tu apoyo, es un reto difícilo pero el tiempo dirá.

Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

mariajesús:

Tan concisa como clara. Muchas gracias y un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Blanca:
en mi generación más o menos todos venimos de familias normales, en las que sobrevivir y como mucho estudiar, esra ya difícil de conseguir.

Un abrazo y gracias por tu visita Á.

Ángeles Hernández dijo...

V.C

siempre tan fiel y entusiasta, te agradezco que, pese a todo, sigas leyendo lo que escri9bo.

Un fuerte abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Nines:

A nuestra historia le queda todavía mucho camino que recorrer y muchas canciones que cantar.

Un abrazo cantora absoluta, reparte también. Cariños de Á.

Ángeles Hernández dijo...

Isolda:

Agradezco tu visita y tu lectura. Ni más ni menos que una historia corriente, sin grandes misterios.

Un abrazo fuerte, como siempre de Á.

Ángeles Hernández dijo...

Un abrazo Kurra, gracias por leerme y por entretenerte con estos relatos Á.

Ángeles Hernández dijo...

Hola Jefa:

Ya sabes que el esfuerzo y la constancia son ejes en torno a los cuales nos movemos y algo que nos acerca.

La familia es la base de la sociedad, en este caso como en muchos de los 60-70, construida sobre todo con cuidados y esfuerzo. Más o menos como todas.

Un abrazo y gracias por dediarme parte de tu precioso tiempo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Gracias Princesa: el piropo que me lanzas es uno de los más hermosos que desde que describo he recibido: te hago sentir protagonista de las historias.

Es un honor para mí, un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

José Carlos:

Creo que en los tiempos que corren tambien hay muchas personas que se quieren, que cuidan de su prole y se esfuerzan mucho. Quizás los cambios generacionales se noten menos, pero cada época tiene su manera de resolver.

Santiago, como todo ser vivo, tendrá que terminar su ciclo biológico antes o después. Ahora son sus vástagos quienes han de devolverle todo lo que de él recibieron. Ley de vida.

Un abrazo compañero Á.

Ángeles Hernández dijo...

Javir:
Gracias por tu conciso y sintético comentario, lo bueno si breve...

Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

José Antonio:

La historia de los pueblos está plagada de gente corriente, aunque los libros nos hablen sobre todo de los heroes que, habitualmente, han surgido de familias normales.

Un abrazo y gracias por tu visita Á.

Abuela Ciber dijo...

Familias así necesita el mundo.

Cariños y gracis por tu visita.

Te dejo deseos de buena semana.

FRANK RUFFINO dijo...

Estupenda "radiografía" y bien narrada.

Abrazos,
Frank.

MORGANA dijo...

Angeles,muchísimas graias por tus palabras.Dejé mi blog abierto pero sin publicar,ya que estoy terminado un poemario para regalárselo a mi familia,por eso no estaba por estos lares.Pero hoy he recibido la noticia del empeoramiento de la enfermedad que padezco y me he venido abajo.
Mañana espero que salga el Sol.
Un millón de besos.
Me ausento una temporada.
Besos.

Guido Finzi dijo...

En años de la burbuja del jamón ibérico, sin duda los avances económicos hubieran sido más rápidos. En fin, no todo es el dinero, y bien está lo que bien acaba o, al menos, lo que así se presiente.

Un saludo

Ángeles Hernández dijo...

Gracias abuela cyber por tu visita y que entre todos seamos capaces de que no se apague la llama del cariño.

Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Frank:

Me alegor de que la narración te haya gustado, seguiremos trabajando, un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Morgana:

Te esperamos querida amiga, cuídate y recupérate.

Un abrazo Á.

Ángeles Hernández dijo...

Guido:
El jamón ibérico era entonces poco rentable porque su precio no era mucho m´s elevado que el del serrano y el resto de los productos del cerdo practicamente invendibles.

Hoy hubiera sido más rápido pero ¿qué más da ?.

Un saludo cordial de Á.

TORO SALVAJE dijo...

Que bien lo has escrito.
Me ha enganchado totalmente.
Te felicito.

Besos.

Máximo Cano dijo...

Como siempre, tus relatos son envidiables.

Saludos.

Javier dijo...

Muy bien contada la historia de una familia como tantas.
Con una simplicidad, que no simpleza, elegancia y gracia, nos has relatado, en pocas palabras, la historia de una familia que lucha por sobrevivir de una manera honesta y unida.

Saludos.

Ángeles Hernández dijo...

Toro Salvaje:

Me alegro que un relato tan largo te haya enganchado, gracias por leerlo.
un saludo. A.

Ángeles Hernández dijo...

Máximo:

Agradezco tu fidelidad a esta autora. Un abrazo. A

Ángeles Hernández dijo...

Javier , las cosas normales y sin estridencias pueden hacer historia. Un abrazo. A

Flamenco Rojo dijo...

Esta breve historia podría servir para un relato que diera lugar a un guión “estilo Dibildos” para una película de Mario Camus. Puede sonar como el cuento de la lechera…pero por un momento me la he imaginado. Ángeles eres buena, creo que mejor de lo que tú crees.

Un fuerte abrazo.

Ángeles Hernández dijo...

Flamenco, que cosas tienes, se nota que me tienes ley
aunque hablando del "cuento de la lechera" conocemos nosotros a uno de las Palmas que no de, no se...

Un abrazo grande de A.

MA dijo...

Magnifica historia la de hoy, amiga Ángeles ,una historia que se puede ver en ella relatada la vida de muchas familias similares y humildes que trabajando sacaron adelante a sus hijos con amor y esfuerzo igual a la familia de Santiago en una época donde la familia era el centro y núcleo principal arropados y todos eran una piña.

Abrazos de MA para ti amiga.

Ángeles Hernández dijo...

Gracias MA, seguimos contando historias.

Un abrazo. A.

Narci M. Ventanas dijo...

Me ha encantado este relato con sabor a mi tierra, y se me ha hecho la boca agua con esos farinatos asaditos en la lumbre, y si la lumbre era una fogata en el olivar más ricos aún, el campo le daba a todo un sabor especial. Al menos yo es uno de los abores de infancia que recuerdo con mayor deleite.

Besos