jueves, 28 de octubre de 2010

Economía

                       Entrada publicada por Jose C.


Es un tema que causa furor desde hace un par de años a causa de la preocupación que genera la crisis económica y financiera global; aunque estoy de acuerdo con los expertos que la definen más como una crisis moral, ética o de valores, que comenzó bastante antes de que sus resultados económicos y financieros se manifestaran. Hay también expertos que, basándose en un pensamiento oriental, nos dicen que la crisis es una oportunidad, lo cual me parece bien, especialmente cuando da la oportunidad de tener tiempo libre para averiguar sobre las causas de tal crisis, sumergiéndonos un poco en la historia de la economía de los últimos siglos. Tratar de entender nuestro actual sistema económico es -al menos para mí- un reto difícil de afrontar, pero no me ha resultado tan complicado comprender cómo hemos llegado a adoptarlo, aunque sea a grandes rasgos.


Hasta finales del siglo XVIII la economía era bastante sencilla, experimentando un leve pero continuo crecimiento a medida que el hombre fue acoplando los animales al trabajo y aprendía a aprovechar los recursos naturales. La relación entre producción y consumo mantenía un equilibrio con un ligero excedente ya que el hombre prácticamente consumía lo que producía, es decir, unas 2.000 calorías/día. Eso sí, tenía que trabajar muy duro y durante muchas horas para asegurarse el sustento y el de su/s señor/es.

Con la llegada de la industrialización y la incorporación de las máquinas, la curva de crecimiento empieza a elevarse con mayor rapidez, debido a que se obtiene más producción con menos trabajo. Esto permitió iniciar nuevos mercados, la exportación, etc., abriéndose el abanico de posibilidades de consumo, generando más riqueza, de la cual una parte será invertida de nuevo en mejorar la producción. Empieza así a manifestarse un desequilibrio económico a causa de un exceso de producción que contradice las necesidades del sistema monetario, para lo cual la 1ª Guerra Mundial viene como agua de mayo, ocupando a buena parte de la población productiva en otros quehaceres. De inmediato, como consecuencia de ello, la mujer se incorpora decididamente al trabajo en las fábricas, pero esto no es el problema. El problema aparece cuando, a pesar de que la mujer sustituye al hombre en el trabajo, las familias no tienen recursos económicos para mantener el consumo y por tanto el crecimiento. En todo caso, parece que crecer en economía es imprescindible, así como mantener una cierta escasez a costa de lo que sea o quien sea. Como siempre, hay genios para todo, y para resolver este incomodo factor, se impulsa el crédito a las familias y así surge un conejo de la chistera del mago llamado deuda, que genera interesantes beneficios a quienes tienen para prestar. Llegó el crack U.S.A. del 29, que fue remendado con más deuda y posteriormente con la 2ª Guerra Mundial.

Así se implanto una economía controlada por un sistema monetario que se ocupa de mantener unos precios de mercado a costa de escasez, aunque no sea cierta, para asegurar el crecimiento. ¡Extraño paradigma este! El dinero ya no está respaldado, ni siquiera, en el oro –del cual sigo sin entender el porqué de su exagerada valoración y del que se empieza a dudar sobre si la cantidad circulante en el mercado es la que realmente existe-, sino la deuda, o mejor dicho, el pago de ésta, más unos intereses. Por tanto, el dinero está respaldado principalmente por un valor moral, no material, y no parece que sepamos seguir adelante con el crecimiento económico.

Después de saber esto, ya tenemos otro dato para entender mejor por qué es una crisis de ética, que nos ha dejado parados en la cumbre de una montaña rusa, pero con los raíles cortados delante de nosotros. Ahora me pregunto cómo lo arreglaremos: ¿Con más deuda? ¿Sacará el mago una nueva sorpresa de la chistera? ¿Reflexionaremos sobre dónde estamos y qué hemos hecho para llegar aquí? Para mí que la respuesta está lejos de esperar explicaciones y responsabilidades de los inductores de esta situación y esperar que sean ellos los que den la solución. Esto lo hemos hecho entre todos y, por nuestra falta de previsión, ahora nos toca reaccionar.

Saludos,
Jose C.


lunes, 25 de octubre de 2010

CAMBIO DE PLANES



Entrada de Mercedes Pinto


Abrió el armario despacio, Anita dormía plácidamente sobre la cama. ¡Tan ajena! Tendría que engrasar las malditas bisagras. Desde el salón le llegaba la discusión que mantenían Dani y su tía Asun. ¡Qué mal le caía la cuñada de su hermana!



—Tómate el Cola-cao Dani, nos has comido nada en todo el día.


—A ver cómo te enteras que no me gusta el Cola-cao. ¿Dónde está mamá?


No pudo más. Se asomó al pasillo y gritó soltando toda la rabia contenida:


—¡Maldita sea, Dani!, ¡tómate el Cola-cao de una puñetera vez! ¡Tu madre ya no está, se ha marchado para siempre, ayer fue el último día que pisó el acelerador a fondo! Ya ves lo que le importabais tu hermana y tú. Era una loca, siempre lo fue, estarás mejor sin ella…


Anita se había despertado, lloraba con desesperación. Mientras, a Dani se le llenaban los ojos de agua y la tía Asun buscaba una caja de pañuelos.


Tiró el apocalíptico vestido negro a los pies de la pequeña y se derrumbó en la descalzadora: “¡¿Cómo has podido hacerme esto, Emi?! Sabes que tenía decidido no tener hijos; nada me gusta más que la libertad. No soporto los niños, ¡coño!, y tú lo sabías. Pedro y yo nos estamos conociendo… ¿Qué voy a hacer con ellos?”. Estaba muy enfadada con su hermana, una vez más, la había involucrado en uno de sus marrones. Pero esta vez se había pasado, ¡maldita sea! Estaba tan dolida y cabreada que aún no había podido derramar una sola lágrima.


—Llora porque le toca el biberón —Dani llevaba un rato en la puerta, observando a su tía y tragando lágrimas.


—Ya.


—Hoy jugaba mi primer partido, mamá… prometió llevarme.


Sentada en la gradas, en primera fila, con Anita en los brazos chupeteando el último regalo de Pedro, que colgaba de su cuello, lloró como jamás en su vida. De nuevo, estaba haciendo lo que Emi le habría pedido, y esta vez para siempre. Sólo esperaba que no hubiese prorroga; debía enterrar a su hermana tres horas más tarde.


jueves, 21 de octubre de 2010

Perdiendo comba


Escrito por Ángeles Hernández


En el pueblo jugaban a la comba en la calle; dos niñas "daban", moviendo en círculos la gruesa maroma desde los extremos, y las demás saltaban de una en una. A veces se acompañaban con canciones como aquella de:

"El cocherito leré, 
 me dijo anoche leré 
 que si quería leré
 montar en coche leré..."

La que fallaba al saltar, "perdía comba"  y  tenía que "dar" hasta ser remplazada, en  el tedioso sitio de las torpes, por una nueva perdedora. Podían estar la tarde  entera  salta que te salta, sobre todo en vacaciones. Algunas eran grandes expertas y nunca daban; otras, con menos maestría, a veces daban y a veces saltaban; mas, dando o saltando, casi todas disfrutaban de lo lindo con esta diversión sana y barata.

Casi todas, porque Maripily, la más alta y con fama de empollona, tenía poca afición al juego milenario. No se arreglaba bien; su cuerpo desgarbado, sus enormes pies y su escasa agilidad, eran ingredientes suficientes para que fuera una auténtica patosa. Ella prefería leer o jugar a adivinanzas pero, si quería tener amigas, debía  pasar por el aro, en este caso por la soga. Las pocas ocasiones en las  que lograba  llegar al lugar de saltadora, sólo conseguía que la cuerda se quedara atascada entre sus piernas. Por ello, y para no andar incordiando,  decidió que era preferible  ser “dadora fija”; gracias a su estatura y largo brazo movía la soga divinamente, pero se aburría tanto...

Su hermana,  una de las mejores, sentía lástima por ella –no en vano dormían juntas todas las noches-. Un día  convenció a  dos compañeras para que "dieran" un rato y poder iniciar a Maripily en los rudimentos del jueguecito: a ver si así le iba cogiendo el tranquillo y no lo pasaba tan mal.  Pero, ¡qué va!, a pesar de poner en ello empeño y coraje, sus zapatones se enredaban una y otra vez, saltaba a destiempo, se caía o se le paraba el cordel a la altura de las nalgas. ¡Menudo panorama!

En estas estaban, cuando por allí pasó una gitanilla de la vecindad que tenía más o menos su edad. Al ver a  Maripily  con tan  poco arte, se puso a reír a carcajadas con todas sus fuerzas. Desternillada de risa le espetó: “Anda, pero ci no zabe zartá, con lo grande que é”.

Maripily sintió muchísima  vergüenza, quería que se la tragara la tierra y desaparecer. Se preguntaba quién le habría mandado  estar haciendo el ridículo de esa forma, en plena vía pública. Mirando a la gitanilla con los ojos húmedos de rabia, de impotencia y de humillación, no tardó en replicarle: “Yo no sé saltar pero ¿a que tú no sabes sumar?”.

La improvisada espectadora no se quedó callada,  sin esperar un segundo, respondió: “¿Zumá? y ¿qué ez ezo?", girando la cabeza a derecha e izquierda con aire despistado.

El juego terminó  bruscamente y las niñas, confusas y algo aleladas, se retiraron sin decir una palabra más.


Epílogo.
Maripily  no volvió a saltar a la comba, lo que le proporcionó  gran alivio y tiempo para dedicarse a otros menesteres. De la gitanilla no se han vuelto a tener noticias pero, a buen seguro que hoy, suma y multiplica divinamente.
 

Minientrada

Sin escorzo.


Sevilla tiene un color especial...

Como puede verse en la sonrisa de satisfacción de Flamenco Rojo (izq), José Lorente (dcha)y Ángeles -culoinquieto- Hernández (centro) en esta nueva  "ventana mágica" que será incorporada a la entrada con ese nombre.

Saludos especiales para Mercedes, José Carlos, Nines, Amando e Isolda y un abrazo para todas y todos.


lunes, 18 de octubre de 2010

Visitantes

Entrada Publicada por Jose C.



Algún día espero despertar el niño que llevo dentro y así quizás pensar más a menudo en cosas bonitas, sencillas, que lleguen a los corazones de gente de bonito y sencillo interior.
que mis entradas suelen tener un tinte negativo, pero en el fondo hay una motivación positiva y llena de esperanza por un futuro mejor.

Hace unos días recibí por segunda o tercera vez un correo. Y fue en esta última ocasión -quizás por la repetición, pero sobre todo por quién me lo envió, y a quién describiré más adelante- cuando me paré a reflexionar.

Se trata de un mensaje cuyo asunto dice “Ministro con dos cojones... ¡Aprende Zapatero!” y en el que venía adjunto un comentario a modo de aclamación, proponiendo que “el mundo entero necesita un líder como éste”, respecto a unas declaraciones de un ministro australiano. Esto fue publicado en varios medios de prensa y foros, con la misma intención.

En sus declaraciones, este señor justifica el rechazo a los inmigrantes basándose en varios argumentos. En primer lugar menciona el terrorismo, señalando el incremento de patriotismo que provoca, y así es, pero hete aquí mi primera pausa para el análisis.

Cierto es que el miedo y el terrorismo provocan incremento de patriotismo, pero no es menos cierto que sirven como potente excusa para que el pueblo se deje proteger incondicionalmente por el poder. Ver noticias de periodismo alternativo junto con la falta de coherencia de los informes oficiales al respecto de algunas tragedias terroristas, me permiten dudar de la certeza de tal realidad, llevándome a contemplar la posibilidad de que sea una herramienta de manipulación con falsos fundamentos. La declaración del ministro en cuestión tiene en este sentido trazas de ser la confirmación del éxito de una posible maniobra, con el propósito de desviar opiniones. Que me perdonen los que dicen o sienten que el terrorismo es en todos los casos una amenaza conforme nos la presentan, pero hay demasiados casos en los que cuanto más intentas esclarecerlos, más dudas encuentras.

A continuación dice este señor "Nuestra cultura se ha ido desarrollando durante dos siglos de luchas, tribulaciones y victorias por parte de millones de hombres y mujeres que buscaban libertad", y aquí obvia el hecho de que antes de la llegada de los colonizadores esa tierra ya estaba habitada, desde hacía más de cuarenta mil años, por los aborígenes australianos que se vieron obligados: o bien a someterse a las condiciones de vida impuestas por sus visitantes o a abandonar las tierras costeras y fértiles para adentrarse en el desierto de walkabout en walkabout, encomendándose al Creador para la obtención de las más mínimas necesidades ¡Qué remedio! Por cierto que, hablando del Creador, continúa el discurso reclamando el derecho al uso de cultos a Dios conforme las tradiciones que hoy en día son las propias de la mayoría australiana, además de hablar de libertad, paz y armonía. Todo ello muy loable, pero ¿en base a qué argumentos? Por un lado el discutible terrorismo y por otro el respeto a una cultura y estilo de vida que fue implantada, sin respeto, sobre otra que ya existía.

Este mensaje lo recibí de un buen amigo -padre, marido y vecino ejemplar, compañía ideal para compartir cualquier afición común, educado, amable y simpático, trabajador, de ese tipo de personas que se alegra uno de ver en cualquier ocasión- y la intención era divulgar la falta de valor de alguien -en este caso Zapatero- por comparación a quien usa argumentos de escaso o nulo valor real. Entonces vi con claridad hasta qué punto estamos condicionados por la perspectiva de quienes dicen protegernos y nuestra dificultad para pararnos un momento y observar desde un punto de vista distinto, que nos pueda dar luz respecto a lo que realmente nos interesa como pobladores de este planeta y lo que estamos haciendo. Ya lo dijo Platón "Buscando el bien de nuestros semejantes encontraremos el nuestro".

Los que vivimos en regiones desarrolladas y ricas podemos hacerlo gracias –en buena parte y de alguna manera- al abuso que se perpetra sobre las gentes de estas y otras regiones del planeta, convencidos de que tal privilegio lo es por el derecho que nos otorga la lucha que nuestra civilización ha mantenido en este sentido, durante siglos, visitando y después invadiendo a quienes han acabado perjudicados. Para mantener este convencimiento, los promotores de tal despropósito nos venden nuestra confortable posición y seguridad, sin que nos demos cuenta de que pensamos como ellos quieren. Compran nuestra consciencia, que es la mejor manera de mantener al rebaño –que es como nos tratan- controlado.

Debemos de aprender a pensar por nosotros mismos, asumiendo nuestra responsabilidad, poniéndonos en la piel de cualquier otro habitante del planeta, sea cual sea su situación geográfica, cultura, nivel de desarrollo, etc. Esto no es tan difícil, lo difícil es asumir las consecuencias, y ahí entra el miedo, la herramienta favorita del poder para obtener lo que de alguna manera es una forma de adoración, protegiéndonos a cambio de nuestra servidumbre.

Parece cierto el magnífico poder del pensamiento que tanto se pregona últimamente, pues es capaz de meternos en un callejón en cuyo final hay un espejismo que va desplazándose hacia delante conforme lo recorremos, igual que un apetitoso cebo atado a un hilo atrae a la presa a su fatal destino.

P.D.: Precisamente hoy, después de haber terminado la entrada, he vuelto a recibir el mensaje de otro remitente, pero esta vez en versión adaptada a España como propuesta de concienciación directa sobre nuestros problemas de inmigración. Además, cuando abro mi agenda y leo la cita del día, veo que es de lo más apropiada a la ocasión, que dice: "Una tontería repetida por 36 millones de bocas no deja de ser una tontería", por Anatole France.

Abrazos,
Jose C.

jueves, 14 de octubre de 2010

OTRO CAFÉ CONTIGO

                                            Entrada de Mercedes Pinto

Estábamos en aquella cafetería del centro que tanto te gustaba. ¿Te acuerdas? Aquel joven tan amable bajó el volumen del hilo musical; intuyó que preferíamos el sonido de la lluvia, que sus claras notas enlazaran nuestras palabras. ¡Qué bonito llovía aquella tarde!, ¿verdad? Hablábamos de nuestro primer encuentro, de nuestros hijos, de nuestros nietos… de todos nuestros amores. Recordamos nuestros difíciles y largos primeros años juntos. “Nadie daba un duro por nosotros”, dijiste. Y ya ves, la vida se nos quedó corta: a menos futuro, más cariño pendiente por dar. Me preguntaste: “Si supieras que ibas a morir mañana, ¿qué harías?”. La primera palabra de mi respuesta pisó la interrogación de tu pregunta: “Tomarme otro café contigo”.

—Señora, estamos a punto de cerrar; pero puedo ofrecerle otro café mientras recogemos.

—Sí, por favor, otro café.

—¿No va a venir su hija a por usted?, ¿quiere que la lleve a casa?, parece que la noche se va a cerrar en aguas.

—No, gracias, hoy me voy con él, nos gusta caminar bajo la lluvia.

—Buena elección. Aunque… —Sonó la campanilla del local— creo que alguien ha venido a recogerla.

—Te dije que hoy me iría con papá.

—Ya lo sé, pero llueve demasiado. Otro día. Recoge tu diario, tengo el coche en doble fila.

—¿Estás llorando, hija?

—No mamá, son gotas de lluvia.


















lunes, 11 de octubre de 2010

La ventana mágica


Crédito fotográfico: Ángeles Hernández

Autora: Ángeles Hernández Encinas.

Hace un año, por casualidad casi flagrante encontré, entre correos antiguos, los de un amigo con el que no me había puesto en contacto desde hacía seis años, porque la vida da muchas vueltas y a veces nos lleva por caminos con los que no contábamos.
Mi amigo tenía un blog.” ¿Un blog? ¿Qué es eso?”. “Pues un sitio donde cuelgo mis relatos que pueden leerse y comentarse”.
Ni corta ni perezosa ¿faltaría más?, visité el blog y casi compulsivamente, he de confesarlo, leí  las entradas, aporté mi opinión sobre todas ellas y estuve pendiente de cada nuevo escrito. Mis comentarios, que empezaron tímidamente, fueron creciendo en número y extensión. En un par de meses al titular del sitio, no le quedó otro remedio que proponerme “echarle una mano” y publicar con él a la limón: “Pero… pero si yo no he escrito en mi vida más que cartas y comentarios, ¿cómo voy a ser ahora autora?.” Falsa modestia confieso, pues mi osadía no tiene límites y los relatos de mi pluma  aparecieron  regularmente  con mejor o peor fortuna.

Superada la etapa de inseguridad y novedad, fui conociendo y poniéndome en contacto con las personas que, de una u otra manera leían u opinaban sobre mis escritos. También me hice consciente de que ese blog no era el único y empecé a tomar gustillo por comentar a mi vez las entradas que otros publicaban. 
Esta afición, casi obsesión, que Dios me ha dado por aprender y descubrir, me llevó a ponerme en contacto directo -primero vía mail, después por teléfono, más tarde vis a vis- con algunas de las personas que sólo conocía de manera virtual.
Así fue como llegué al Sur. Tartessos me recibió, el día que se presentaba en la Plaza de la Catedral el espectáculo que daría inicio a la presentación de los fastos “La Pepa 2012”, a través de los brazos generosos y de la hospitalidad desinteresada y amable de Rosa con la que compartí casa, familia y amigos durante más de una semana. Rosa me puso en contacto con personas a las que nunca hubiera tenido acceso desde las brumas del norte, donde habitualmente me escondo. La suerte me acompañó y en la cadena humana que fui recorriendo encontré a “ese ser  especial” con el que comparto vida y proyectos. El efecto multiplicador de este tejido relacional continúa imparable.
Rosa en la Alameda de Cádiz sonriéndome
(mequierotalcomosoy.blogspot.com)




Hacia el norte llegué casi hasta Donosti, donde Nines, compañera de fatigas editoras, además de regalarme su amistad me ayudó a descubrir el mundo de las corales y los genios que las mantienen. Pude ponerle cara también 
a la gentil Nélida y comprobar que no era pose de foto esa sonrisa eterna,  sino su bondadosa manera de estar en el mundo. 
Miranda de Ebro: dos Nines, una Nélida y una Ángeles

Mientras tanto, en mi afición bloguera, continué navegando por otros espacios. De lleno en la blogosfera me puse en contacto con Mercedes Pinto y a través de ella conocí a  José Lorente, Amando Carabias, Isolda, Hiperion, Santiago, Liberal, los Siete Magníficos –siete plumas-, José Carlos... (la lista sería interminable). 

En Zaragoza con Javier, Mercedes, Abelardo y Santiago Liberal
Mercedes, Ángeles e Isolda en Alhaurín de la Torre



                                                             
En un intento por no dejar lugar sin descubrir ni persona por conocer, mi utilitario y yo viajamos a Cádiz, Miranda, Zaragoza, Málaga, Madrid (lástima de Segovia...) y justamente ayer, a la increíble ciudad de Ronda . Allí me esperaban Mercedes Pinto y José Carlos con la idea original de hacernos una foto para el blog que los tres compartimos desde hace un mes.

Ángeles Hernández, Mercedes Pinto -que eligió esta foto-y José Carlos en Ronda.
Hace un año mi mundo se limitaba a una ciudad y unos compañeros de trabajo. Hoy por arte del birlibirloque de la magia virtual, he descubierto la generosidad de  quienes me han recibido sin conocerme. Gracias a ellas puedo decir que mi creatividad oculta empieza a despertar, que cada día aprendo y descubro textos y autores que me entusiasman, que puedo recorrer España visitando personas y conociendo nuevos universos y que preveo un viaje a Edimburgo para celebrar el éxito de un grupo de escritores que me honran con su atención.

Sirva este sencillo texto, tan distinto a mi habitual manera de relatar, como reflexión acerca del amplio universo -hacía fuera y hacia dentro- que, a través de esta ventanita luminosa que manejamos con tanta alegría, puede abrirse ante nosotros.

Tajo de Ronda. Maravilla de la Naturaleza.
Ellas y ellos, maravilla de la comunicación
Y nada más.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Rituales



Entrada publicada por Jose C.


Rituales religiosos.


Pensaba dejar este tema para más adelante, pero una reciente excursión me ha inspirado y ya se sabe, cuando la inspiración llega hay que aprovecharla.
Se trata de una visita a uno de los santuarios que hay repartidos por la geografía andaluza, situado en la cima de una montaña desde la que se divisa toda la comarca en la que está ubicada y con los medios adecuados, mucho más. Tiene su iglesia, propia de una pequeña población, con su correspondiente tienda de souvenirs -como no- e incluso una tasca donde degustar productos autóctonos. Total, bien montado que está el santuario. Coincidí en mi visita con la misa, repleta de gente que había subido en coche o andando -que os aseguro tiene un tirón- esto último probablemente para reforzar la devoción a la Sra. titular del santuario. La iglesia está ricamente ornamentada de figuras y motivos, que aunque mayormente están hechos a base de yeso, debieron ser, en su momento, bastante laboriosos y están suntuosamente recubiertos. Al terminar la misa todos los visitantes pasamos delante de la figura que representa a la Sra. de Araceli como acto de ¿devoción, admiración, curiosidad ...... ?

Desde siempre me ha llamado la atención estas costumbres del pueblo por asistir "religiosamente" a tales eventos cumpliendo con su ritual, y pensando en la energía -que como ya vimos, todo lo envuelve- me pregunto como es el flujo de la energía en estos casos. Está claro quien la emite, pero ¿quién la recibe y en que forma? Bueno, ya puedo percibir la reacción de algunos devotos a santos y vírgenes que dirían "es una experiencia que no se puede explicar y que hay que vivir para sentirla". Que me perdonen por mi insistencia, pero es que veo materialismo y un camino espiritual un tanto confuso.

En estas cosas no se desaprovecha la ocasión de generar negocio, donde el receptor es la agrupación encargada de cuidar el santuario e instruir y adoctrinar a las personas para asegurarse su mantenimiento, formada por una larga cadena jerárquica entre el más ferviente devoto y el Papa. Pero la cosa no debe quedar ahí, ya que no tendría mucho sentido. El santuario y sus rituales son una parte del proceso que le proporciona a la iglesia su posición prominente con respecto a sus feligreses sin la cual no podrían adoctrinarlos. Los feligreses creen que reciben algo, pero lo único que reciben es una sugestión como premio a su fidelidad y a los sacrificios ofrecidos. Aunque quizás si que reciban algo y esto ya es preocupante, porque recibir sanación, protección, deseos materiales o poder a cambio de fidelidad y sacrificios difiere poco de cualquier otro tipo de intercambio -negocio. ¿De verdad debemos creer que así es nuestra relación con Dios? ¿Que Él necesita de nuestra energía para vivir, igual que si fuera un humano avaricioso de poder? Si Dios es todopoderoso, esta forma de creer en Él no tiene sentido ¡Con razón hay agnósticos y ateos! Esta es la forma en que el humano procede para todo en este mundo, pero que entiendo carece de sentido divino, de amor incondicional.

Las religiones -al menos las que yo conozco- suelen desarrollarse sobre protocolos, fechas y momentos propicios, templos con arquitecturas que cumplen unas determinadas condiciones y ubicados estratégicamente, etc., que por un lado consiguen atraer a la gente y por otro cumplir con las condiciones para el flujo energético. Esto no difiere mucho de un portal dimensional o vía por la cual se produce el intercambio entre humanos y seres de otras dimensiones. Entonces, como creyente me pregunto si realmente necesitamos estos protocolos para conectar con Dios o en cambio es el hombre el que adaptado la espiritualidad a esta forma de proceder, creando una espiritualidad desviada de la divinidad. Contestar esta pregunta, asumiendo las posibles respuestas, puede requerir un cambio drástico de perspectiva por parte de quien la hace, pues la respuesta puede exigir la ruptura con fuertes condicionantes adquiridos a través de cuantiosas generaciones. Esto puede provocar miedo, pero es que si no asumimos la responsabilidad necesaria para responder nuestras dudas y liberarnos, no podemos conseguirlo. Así llevamos siglos, dejando nuestra responsabilidad en manos de ellos y permitiendo que se nos adoctrine conforme sus intereses. Ahora, cuando he escrito "ellos" no solo pienso en los poderes religiosos, ya que hay otros que actualmente parecen influir en mayor medida, pero esto podría ser motivo para otras entradas.

Abrazos.















contador

domingo, 3 de octubre de 2010

"Aquel sábado lluvioso" de Amando Carabias María


      Entrada publidaca por Mercedes Pinto

Como sabéis, este es un blog que se debe en gran parte a la literatura, que intenta exaltar la palabra escrita. Hoy es uno de esos días en los que recordamos que hay autores que ponen en su justo lugar el noble oficio de “escribir”; os hablo de Amando Carabias María, un “escribidor” (según se define él mismo) que camina en busca de la excelencia en esto que cuatro locos nos traemos entre manos. Aunque tiene más títulos publicados, hoy os voy a hablar de uno en concreto, “Aquel sábado lluvioso”.

Lo leímos en casa (mi marido y yo) por tres razones principales: porque Amando es un amigo, porque nos sentimos cristianos (aunque por mi parte no católica) y su libro nos recuerda el motivo por el que lo somos y porque yo conocía su buen hacer en este arte por su blog y me apetecía. Sé que puede parecer un libro de minorías, pero no debería, lo que él relata es una parte del pasado de todos, sin intención alguna de adoctrinar. Expone las últimas horas de la vida de Jesús y el estado de confusión en el que se sumieron sus discípulos desde una perspectiva muy humana. Para aquellos que no conozcan esta parte de Las Escrituras sería una manera excelente de comprenderlas y para los demás de recordarlas.

Esta es la carta que habíamos pensado enviarle, y que hemos preferido compartir aquí con él y con vosotros:

El Maestro, a lo largo de su vida, nos dio continuos ejemplos de cómo superar las dificultades que plantea la convivencia del cuerpo y el espíritu, pero fue su último día como humano, sin duda, la prueba de superación más dura. El dolor y su compañero el sufrimiento, auque amigos de nuestra supervivencia biológica, son a menudo doblegadores de la voluntad del espíritu. Pero Jesucristo, en esa hora tan terrible, nos vuelve a demostrar que la fe en El Padre es el camino que mantiene viva la esperanza en una vida espiritual. ¿Qué habría sucedido si Jesús hubiera flaqueado en su fe? Probablemente, no hubiera sido torturado y masacrado, pero tampoco habría estado a la derecha del Padre.
Como describes en tu novela, tras su muerte, sus discípulos quedaron perturbados, y su primera reacción fue reunirse para, entre todos, consolarse y hablar de su futuro sin Él. El ambiente como tú lo detallas debió ser triste y desesperante. Sorprendentemente, a pesar de la cercanía con El Maestro, en un principio perdieron la fe y por lo tanto la esperanza, y por ello ese día fue tan oscuro; se podría decir que es algo parecido a lo que está ocurriendo en nuestro tiempo, confiemos en que no termine convirtiéndose en un sábado lluvioso.
Nos gusta el papel que le das a María, la madre de Jesús, otro ejemplo del valor de lo espiritual sobre lo mundano, y que resulta ser un bálsamo de sosiego en los momentos más tensos, así como modelo a seguir cuando se pierde la esperanza.

No podemos acabar esta carta-reseña sin comentar la maestría con la que has utilizado los adjetivos y tu impecable gramática; lástima que sea una lectura que sólo seduzca a minorías. ¡Enhorabuena!


Según nos cuenta Amando, para quien esté interesado, el modo de conseguir el libro es solicitándolo a estas librerías de Segovia: Librería Cervantes, Librería Punto y Línea y Librería Antares. También podéis poneros en contacto con él através de su mail: amandocarabias@gamil.com
Estos son los datos bibliográficos del libro:


Título: Aquel sábado lluvioso.
Autor: Amando Carabias María.
Edita: Diputación Provincial de Segovia

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