Autora: Ángeles Hernández Encinas
Llegué al norte de España en busca de fortuna procedente de un país lejano de habla hispana y cálido ambiente. Tenía 19 años y me costó trabajo convencer a mi madre para que me pagara el pasaje, le resultaba muy doloroso dejar partir a su única hija tan lejos. Yo, con la ingenuidad y osadía de mi edad, pisaba fuerte soñando en "hacer las Américas" en Europa; no podía imaginar que tendría que conformarme con trabajar de limpiadora en familias de clase media de una ciudad que mira al mar.
En pocos meses me hice con el corazón y la voluntad de un hombre en cuya casa trabajaba: yo estaba sola y con mucho cariño por dar, él acompañado y con una situación emocional agónica. Me acogió en su hogar y me dio lo que yo necesitaba y mucho más. Al principio me dejé querer por interés, por necesidad, pero las cosquillitas en el estómago llegaron pronto y no mucho más tarde sentí que me había enamorado apasionadamente. Nos habíamos enamorado. Su esposa, Sara, vivía en la misma casa; tenía un rostro agradable y una figura armónica pero se cuidaba muy poco y costaba adivinar sus encantos. Ante mi presencia actuaba como si no se diera cuenta de nada, a veces incluso podía llegar a mostrar una cierta benevolencia hacia nuestro evidente "amancebamiento". Nunca llegué a saber si semejante actitud era por generosidad, por evitar conflictos o simplemente por dejadez.
Con mi madre hablaba a menudo. No tenía muy claro mi progenitora qué estaba yo haciendo exactamente, por qué se me notaba tan feliz y quién era ese hombre que me cuidaba de manera tan generosa. Por ello, ni corta ni perezosa, se vino hasta aquí, aun teniendo que cruzar el charco, para averiguarlo.
Fuimos a esperarla al aeropuerto. Como no le quedaban fondos de su escaso presupuesto se alojó con nosotros y pudo percatarse desde el primer momento de la “anómala” situación en la que mi hombre y yo convivíamos; explícitamente la desaprobó con acritud y me aconsejó seriamente y con escaso éxito que me fuera de esa casa. Sentía mucha pena por Sara a la que vio como una pobre desgraciada de cuyo dolor nadie se ocupaba. Por ello, y tal vez para resarcir en parte el daño que en su opinión le había infligido su hija, se dedicó a consolarla, tiernamente, con mucho cariño y los dulces cuidados que las gentes de nuestra tierra sabemos dar.
Con estas atenciones, Sara que nunca había recibido nada parecido, ni de su familia ni de su esposo, empezó a florecer como un cerezo en primavera. Sus ojos se iluminaron, su piel adquirió un brillo de porcelana, su cuerpo generalmente doblado se enderezó y en muy poco tiempo, la oruga se convirtió en mariposa. Dedicada plenamente a ella, mi madre olvidó o, simplemente dejó de interesarle, seguir criticando mi "pecaminosa" relación.
Meses después de su llegada mi madre y Sara nos invitaron a comer con el pretexto de que tenían que decirnos algo importante. Mi hombre y yo, precavidos y dudosos, no tuvimos otro remedio que aceptar. Hasta después de los postres no nos dijeron nada; con las copas recibimos la noticia: estaban enamoradas, se querían, se entendían y deseaban comunicarnos oficialmente su compromiso. Al fin y al cabo éramos sus dos personas más amadas y, gracias a nuestro idilio, habían tenido la oportunidad de conocerse.
Desde entonces han pasado cuatro años. Formamos una rara pero armoniosa unidad familiar: mi madre, la ex pareja de mi pareja, mi pareja, y yo que dentro de quince días pariré un hijo. Sus abuelas y padre lo esperan entusiasmados; este niño va a tener una extraña familia pero no le va a faltar amor, ni un segundo.
69 comentarios:
Curiosa historia,no exenta de gran cariño y respeto hacia cualquier tendencia sexual.
Me gustó.
Besos Angeles.
Simpática historia con final feliz. Ahora que el niño se va a armar un lío con la familia, con una abuela cuya mujer es su madrastra y a su vez abuela política. Jejeje.
Un saludo.
"Alianza de civilizaciones" no podias haber elegido mejor título para este texto tan de estos tiempos.
Un beso
Hermosa historia.
¡Por favor, Ángeles...! Me he reído mucho, pero sinceramente no creo que, en lo sucesivo, pueda soportar este tipo de historias, sin duda por poder ser tan reales. ¿para que luego digan que la ficción no puede superar a la realidad! De ello debemos estar muy agradecidos a quienes la propician en el BOE, fruto, como bien dices, de "la alianza de civilizaciones". Te ha faltado decir, "dentro de una sociedad de progreso". Yo añado: "hacia la caverna". Un beso, Ángeles. Muy bien escrito. ¿Se ha enterado ya Mercedes de la sobredosis de amor que tendrá ese pobre niño?. Luis Madrigal.-
Morgana:
Respeto, por supuesto ¿Quién puede juzgar a nadie?.
Un beso Á.
Cayetano:
Ya sabes que hoy día las familias pueden ser muy diferentes de la tradicional, ¿Quién no conoce algun caso?.
Espero que el niño sea querido y educado sin excesos.
Un abrazo Á.
josefina:
Elegí el título para jugar un poco con la ironía, aunque creo que el fondo de la historia es más amplio.
Gracias por tu visita, un abrazo Á.
mariajesús:
me alegro muchísismo que te haya gustado la historia, aunque el mérito no es mío sino de la vida misma.
Gracias Luis por tu extenso comentario reflexivo y elocuente.
Como bien dices la realidad supera a la fantasía y yo me he limitado a relatarla.
Un abrazo Á.
Bueno raro, muy raro este encuentro de parejas disparejas. Te digo que no me provocó risa, más bien, sorpresa. Personas que aparentemente han sido normales, digo heterosexuales, ¿Pueden llegar a cambiar sus gustos sexuales? Quien sabe probablemente sí.
Una historia compleja, bien relatada, ¡increíble! pero quizás se han dado casos en la vida real.
Un fuerte abrazo.
Excelente relato y de rabiosa actualidad como dirían los periodistas.
Desde luego lo que entendemos por familia ha cambiado tanto que ahora para referirnos a una con padre, madre e hijos, hay que llamarla tradicional.
Un beso Ángeles.
Pluma Roja:
Gracias por decir lo de la sorpresa, era uno de los objetivos, conseguir no desvelar el "intríngulis" desde el principio.
En cuanto a cambiar...¿ No conoces ningún caso?.
Un fuerte abrazo de Á.
Elena:
Sí que es de actualidad,y aunque reconozco que este caso no debe de ser muy frecuente, posibilidades...Todas.
Un fuerte abrazo Á.
No sé si me gusta más lo que dices o cómo lo dices...Probablemente tu, como autora, no te des cuenta de la evolución que estás experimentando en tus textos, pero los que te seguimos desde el principio de tu labor como comentarista y analista en "7 Plumas" sí lo notamos.
Un beso.
¡Ay Flamenco de mi vida pero qué alegría me das!
Vamos caminando y parece que haciendo camino al andar.
Muchas gracias y un abrazooooo Á.
Un ahistoria divertida y curiosa.
Si el amor es ciego ¿que importa el sexo?
Saludos.
Gracias Máximo, es muy curiosa verdaderamente, por eso decidí escribirla.
Un abrazo, siempre de Á.
Angeles, querida amiga: la historia que cuentas, por cierto muy bien escrita, me parece muy posible en la sociedad que ahora vivimos. Ha habido tal cesarticulación de creencias y costumbres, que todo es posible. Yo podría contarte también hechos que yo he vivido de cerca que parecerían inventados. Pero es así, hemos llegado al desmadre, al laissez faire absoluto. Criticar cualquiera de estas posturas personales es ser acreditados como fachas o cavernícolas. En tu historia todo acaba bien porque tú eres un ángel, pero hechos como los que describes podrían en la realidad acarrear problemas muy serios a las personas que sigan esas tendencias. En tu próximo relato, por favor, cuéntanos algo que enaltezca la familia y el amor verdadero. Un saludo muy cordial.
Muy divertido este relato, me lo he pasado muy bien leyendote, y lo mejor un final feliz.
Un beso.
Una historia de amor poco convencional y muy bien escrita. Me ha gustado mucho, el amor es lo más importante y nadie puede juzgar a nadie que actúe impulsado por un sentimiento tan alto. Me ha parecido, también, muy creíble. Un abrazo muy fuerte.
Fernando:
Te prometo poner en breve una entrada con la historia de una familia entrañable y de largo recorrido.
Te agradezco tu sincero comentario y tu acierto con el final feliz de la historia, que es sobre todo la expresión del deseo de la autora.
Un abrazo Á.
Kurra:
Los finales siempre deberían sere felices ¿verdad?.
Un abrazo Á.
María:
Y tan creíble...porque mi imaginación no da para tanto.
Un abrazo y gracias pro tu visita. Á.
Hoy día una historía para mí
creible pero escrita de tál
manera que en este caso veo ún
exceso de amor que es del que más
carecemos.
Bonita y como siempre muy bien
escrita.
Un abrazo escritora.
V.C.
JA,JA. Te ha salido una hermosísima entrada, que trasluce el latido de tu corazón. En el fondo de la cuestión lo que el ser humano necesita es AMOR, empatía, comprensión, y si encima aparece la química, pues miel sobre hojuelas. Entiendo perfectamente tu historia, porque confesaré que he vivido con el corazón por montera y ello acarrea no pocas sorpresas a lo largo del trayecto. Esa criatura será el fruto de una bella materialización de amores y será muy feliz.
Gracias Vicen, ya sabes que me gusta poner al amor como directriz de muchas de mis historias.
Ya sabes, si siempre estás pensando en amor, al final puedes acabar encontrando y siendo amor. Ej silvia y yo.
Un abrazo amiga Á.
Gracias emejota, me gusta que te guste.
Basada en una historia real, tenía ganas de contarla a mi manera y por supuesto con final feliz.
Un abrazo corazón por montera, Á.
Hola, Ángeles, vengo después de mucho y después de ver tu relato me encuentro con la novedad de tu "ex-jefa". Ahora que eres tu propia "jefa" no seas muy dura contigo...(es broma.)
Saluda a Mercedes.
Abrazos.
Cuando el amor ganar a los prejuicios, nunca puede salir nada malo de esa batalla.
¡Un beso!
Miguel
Sin duda, los caminos hacia la felicidad son inescrutables.
Buen relato, Ángeles.
Besos
La historia -¡bien, bien escrita!- no es inverosímil, cabe en el Código Civil. Y si el niño le coge el hilo a la familia, sin duda será un crack resolviendo sudokus
Un abrazo
Hola, es la primera vez que visito este blog y lo seguiré haciendo, porque el cuento que acabo de leer me ha gustado en su forma y en su contenido. El final, aunque inespera, casi se adivina unas líneas antes.
Un saludo
Waooo... pero que historia tan fantástica. Estoy gratamente sorprendido. Lo que más resalto de este texto es el amor, extraño quizá para algunos por no encajar en el estereotipo hipócrita de nuestra sociedad pero bello por la pureza de los sentimientos.
Recibe un gran abrazo.
"Happy End" para los cuatro, o mejor dicho, para los cinco ;-)
Un abrazo.
Este relato me ha hecho reflexionar sobre cómo, al igual que ocurre en genética con las mutaciones, en la sociedad no hay nada establecido; que cuando creemos que no existen más formas de convivencia familiar por inventar, ¡zas!, surge una posibilidad inesperada, y ¡funciona! Supongo que seguirán juntos bajo el mismo techo. De cualquier manera, ningún tipo de relación familiar comienza con un certificado de garantía de por vida.
Un relato muy curioso, y, si es real, como así parece, habría que felicitar a estas dos parejas por conseguir lo imposible, una satisfactoria convivencia, en una situación más que peliaguda.
Me resulta algo extraño entrar en el blog como mera comentarista y seguidora, pero no me disgusta, al contrario, lo hago de una manera mucho más relajada y desde un punto de vista más amplio.
Aprovecho para dar las gracias por la calurosa despedida a todos los seguidores y un abrazo enorme para ti, amiga Ángeles.
Hola Ángeles, bueno, en los tiempos que estamos atravesando ya nadie se asusta de nada, y mientras las historias tengan un final feliz que es lo importante, pues amiga, a vivir que son dos dias, que luego nos vamos, jajaja, te mando un abrazo, y de paso te agradezco tu paso por mi blog.
Eh, pero que eso esta ocurriendo, las americanas estan causando estragos, aqui en la madre patria, su concepto del sexo es diferente y les da igual chingar con cualquiera, lo mismo que dejarsen alla marido e hijos y aqui formar otra familia. Por eso no me estrana esta historia, ni tampoco que terminen todos juntos en la cama haciendo un menage a quatre con incesto incluido. Cosas veredes veremos amigo Sancho. Un abrazo Doña Angeles.
La historia siempre nos ha enseñado que las batallas son más fáciles que la mediación. Seremos capaces de invertir el proceso?
Saludos y un abrazo.
Esa casa parece el paraíso.
Ahora todos son felices.
Besos.
Precioso texto, donde el amor se impone como llege y facilita la felicidad de los seres.
Saludos
Juanjo;
Siempre es uno más exigente consigo mismo que con los demás, porque además Mercedes es una jefa muy dulce.
Un abrazo Á.
Narci:
Todo es inescrutable, como por ejemplo la suerte que tengo yo con comentaristas como vosotros.
Gracias y un abrazo Á.
Javir:
Gracias por los halagos, una va intentando escribir decentemente y es agradable leer que : bien, bien.
Espero que el niño además de sudokus , aprenda alguna cosita más, por ejemplo a ser buena gente.
Un abrazo Á.
Jara: Espero que sigas siempre encantada de visitarnos, haremos lo imposible.
Gracias y un abrazo Á.
Jose María Souza:
Estaremos encantados de visitar tu blog y de seguir co la famosa: alianza de civilizaciones.
Un saludo Á.
Javier:
Qué alegría me da tu alegría. Es verdad que salirse de los estereotipos
puede sonar a "malos resultados",pero yo quería decir que no hay nada escrito de antemano y que desde todas partes se puede amar y ser generoso.
Un abrazo Á.
Happy end Marisol, para ti también.
Un abrazo Á.
Mercedes:
Me encanta que te pases pro tu casa de simple comentarista y te lo agradezco.
De acuerdo en que ningún certificado es garantía de por vida y también lo contrario. Cualquier momento es bueno para intentar que las cosas, por muy mal que pinten, empiecen a ir mejor.
Un fuerte abrazo y te sigo esperando Á.
Conchi:
Gracias a ti, y eso....a vivir que son dos días, pero sobre todo a vivir con bien.
Un abrazo Á.
Sr Curro
Agradezco su visita su comentario y de paso le digo que sus pronósticos para la familia diferente, no dejan de ser proyecciones de sus fantasías.
A mí no se me había ocurrido.
>Un abrazo Á.
Hiperion sonriente:
No sé si seremos capaces pero al menos deberíamos intentarlo ¿no?.
Un abrazo Á.
Toro salvaje:
el paraiso puede encontrarse en cualquier lugar. Es cuestión de ponerse a ello.
Un abrazo Á.
Jesús, es hermoso lo que dices: amor=felicidad.
que no nos falte.
Un saludo Á.
La sociedad actual está cambiando
a pasos agigantados, y lo que
parecía impensable, ocurre de la
manera más normal, llegaremos a
acostumbrarnos a casos así.
Y como de todo se saca el lado
bueno, son una familia feliz,
rara, pero feliz.
Abrazos.
Angela.
.
...vaya Ángeles, que historia más suigéneris... quien iba a decirlo que finalmente las dos damas terminaran entendiéndose y descubriendo su verdadera orientación sexual, sin ningún aspaviento.... realmente parece un fenómeno paranormal... jejeje,pero lo lindo es que es una historia que acaba bien, o que al menos tiene un curso feliz... cosa muy rara de ver dada la naturaleza humana tan mezquina...
bueno es una historia que se sale de curso y quizás por eso mismo, me ha gustado... en fin esta muy bien narrada...
Saludos y un gran abrazo de luz
.
Me despisto un poco y me encuentro esta entrada en todo su apogeo.
Está claro que te estar convirtiendo en una maestra en atraer a la lectura, por tu buena escritura y con ideas desarrolladas de manera tan fascinante.
Sobre lo relatado, siendo sincero, tengo que decirte que lo creo real, pues cosas tan sorprendentes o más me he visto. Pero habiéndose creado una relación feliz, permíteme dudar de que así dure hasta el final.
Un abrazo.
Ángela:
La sociedad siempre avanza, y todo tiene su lado bueno y su lado malo.
Un abrazo Á.
Alhami:
Sí que es extraña la historia, pero no increible. Me alegor de que mi manera de narrarla te haya resultado agradable. Un abrazo Á.
Compañero José Carlos:
Es muy difícil saber cuanto va a durar la felicidad de una situación dada, de momento yo he contado mi manera de ver la historia con buenas expectativas pero ¿quién sabe?.
Un abrazo Á.
Una entrañable historia, me gustó mucho. Es amor, eso es lo que importa. No hay barreras para el amor, éste debe ser libre.
Tienes algo al escribir que me adentro en los personajes y eso pocas personas lo pueden hacer, por ello te felicito.
Un beso
Gracias princesa: es muy agradable recibir comentarios como el tuyo, espero seguir y que sigas.
Un fuerte abrazo de Á.
En esta historia se tratan muchas cosas a la vez, todas nuevas y sorprendentes en nuestra sociedad, y todas reales. La inmigración, las costumbres, la idea de familia, la sexualidad... Los tiempos cambian que es una barbaridad, y nos guste o no aquí estamos, un abrazo.
Hola otra vez, ángeles.
En mi blog, A verso abierto, tenéis un premio. http://aversoabierto.blogspot.com/
Besos
Hola, Ángeles.
Se me ha despistado esta entrada. Quizá en otra parte encuentres la explicación.
La historia me parece no sólo factible, sino hasta cierto punto hermosa.
Es verdad que se nos rompen muchos esquemas, pero a veces pienso que los esquemas están para romperse.
Hoy en día, hasta en pequeñitas ciudades como ésta es más fácil ver a parejas de diferentes etnias, y parejas del mismo sexo.
(Confieso que nunca he visto parejas del mismo sexo y diferente raza, pero seguro que existen). El toque irónico-literario (y no digo que sea irreal) es que las parejas se formen del modo en que lo hacen.
Creo que esta sociedad está más viva de lo que parece.
La familia es una célula con muchas posibilidades.
Creo que lo mejor es no ser maximalista. El tiempo irá poniendo las cosas en su sitio.
Un beso, y perdón por el retraso.
Graxia nines, amiga, por resumer, como tú sabes hacer, la esencia del relato.
Un abrazo. Á
Narci: Ya hemos pasado a recoger tu regalo.
Desde aquí te agradezco el detalle y que te hayas decidido por este blog.
Muchos besos Á.
Amando:
Estamos todos con las devociones y aficiones repletas,yo también, pero llegaré.
Gracias pro tu comentario que da de lleno en la intencionalidad del relato: necesitamos amor para crecer, amor limpio y generoso y no habría que poner puergtas al campo.
Un abrazo amigo. Á.
Á... Me tomaste de sorpresa así nada mas . Leyendo el resto comprendo el principio de todo. La realidad de las cosas es otra cláusula. Indescriptible. Besos.
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