Siguiendo en mi empeño de complicarme la vida, hoy quiero hablaros de las religiones. Siempre me ha gustado mojar en salsas espesas, no os cuento mis sufridas digestiones.
Consultemos el diccionario. Religión: Conjunto de normas, dogmas y prácticas relativas a una divinidad. Por otro lado: Cada una de las diferentes doctrinas según dichas creencias.
Quién no ha reparado alguna vez en esta cuestión; prácticamente la totalidad del planeta pertenece a una. Todas ellas, o más bien sus dirigentes, aseguran que son el único camino a la salvación, y que se hace imprescindible cumplir sus dogmas. Francamente, a mí lo de la salvación me interesa especialmente, porque saber que mi existencia tiene los días contados o, peor aún, la de mis hijos, lo llevo fatal. De manera que llegué a pensar que, dado que no hay manera de saber cuál de ellas es la acertada, lo mejor era profesarlas todas; imposible, por muchas razones, como por ejemplo lo lejos que quedaba de mi domicilio la sinagoga más cercana, pero sobre todo porque los dogmas de unas son contrarios en muchas ocasiones a los del resto. Después de dar al tema más vueltas que una noria, me di cuenta de aquello de que no se puede servir a dos señores a la vez, y decidí que, para no menospreciar a ninguna, lo mejor era seguir la mía propia, que, aunque llena de dudas, intento profesar lo más posible y espero fervientemente que me sirva para la salvación eterna. Para aquellos que como yo en cuestiones religiosas se sientan en tierra de nadie, os cuento los dogmas resultantes de la mía después de muchas reflexiones; aunque se aceptan sugerencias.
Dogmas válidos para todas esas personas que como yo creen fervientemente en Dios pero dudan de los hombres:
—Nacida católica por gracia del estado de turno y del agua que le vertió algún miembro de la curia.
—No católico a partir de la adolescencia, porque de ninguna manera lo siente.
—Cree en Dios, y cree porque si hubiese constancia no le haría falta, de manera que no puede explicar el porqué, pero así lo siente y lo vive.
—Practicante, porque necesita visitar el templo y la presencia de Dios en los momentos más importantes de su vida.
—Cristiana hasta la médula, porque después de leer el nuevo testamento varias veces no ha encontrado la más mínima fisura en la persona de Jesús y porque resumió todos sus sermones diciendo algo que ella cree a pie juntillas: “Ama a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”.
—No soporta que en Semana Santa el tráfico de su ciudad se pare para dejar pasar a unos muñequitos vestidos de lujo; para divertir al populacho ya está el carnaval.
—Siente y vive la navidad con autenticidad, porque como cristiana no hay un aniversario más importante que la noche buena. Lo del disparo del consumo en tales fechas es otra cuestión.
De manera que, teniendo en cuenta estas premisas y resumiendo, ha resultado que soy una persona creyente, practicante y no católica; que no católica no practicante, como se consideran la inmensa mayoría de los españoles.
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14 comentarios:
Respeto todas las religiones, cada cual es muy libre de profesar su religión libremente.
Creo en Dios, pero solamente voy a misa en contadas ocasiones, cuando se bautiza un niño, bodas, comuniones, misa por algún difunto y nada mas.
No me quita el sueño, pensar que un día moriré, creo que todo no se termina aquí en este mundo. Mientras esté aquí iré avanzando y conseguiré ser cada vez mejor persona.
1 beso Mercedes, y me voy a leer un ratito. Ya sabes?
Uhh qué temita, sobre todo si quiero ser breve...
Nací católico, actualmente trabajo en una escuela judío-ortodoxa, luego de haber estudiado antropología varios años.
Hoy creo en Dios, pero en uno que no se resguarda en mandatos o castigos, y me cuesta creer en los hombres.
No quiero aburrir.
Un beso desde el otro lado del mundo.
A Verónica:
Por lo que veo al final va a resultar que no estoy tan sola en mi forma de vivir la fe. También yo respeto todas las religiones, faltaría más, y creo que el hombre puede transcender en cualquiera de ellas.
Un beso.
A 1600 Producciones:
Muy interesante tu formación religiosa. No sé si sabes que el protagonista de mi última novela es judío ortodoxo, me entantaría que nos contaras que tal tu experiencia en la escuela.
Ya veo que eres persona de fe, pero que como muchos de nosotros lo de creer en el hombre es otra historia.
Un beso desde la Costa del Sol.
Doña Mercedesmetase mas a fondo que no se moja nada. Ah y hable tambien de la iglesia que no dice nada.
A don Anónimo:
Con que de la iglesia, ¡Eh! Como me explaye con las iglesias, que no con la iglesia, si que me van a quemar, a mí y al blog. De todas formas me lo pensaré, aunque qué puedo decir que no se haya archidicho ya. Ya veremos (¡Madre mía! Haya, ya, ya otra vez... Qué cacofonía más horrenda. Perdón, esto de las prisas...).
Saludos
No, no estás sola en esto.
Estudié doce años en un colegio de monjas e imagino que al igual que el sacerdocio "imprime carácter" o sea que rezo cuando me veo apurada y creo en Dios sin practicar; una más.
Lo peor viene cuando tengo que explicarle a mi hija (diecisiete años) esta contradicción. Ese es otro cantar.
Y don Anónimo tiene razón la iglesia instutición no podía hacerlo peor.
Un besazo Mercedes.
Ps. ¿puedo compra tu novela por internet? ¿la casa del libro?
Ante todo me considero cristiana, creo en el Dios vivo, poruqe para mi solo hay un Dios.Lo demas no me interesa. Estoy contigo Mercedes...Ah, gracias por esa novela tan especial, en ella sale algo de ti, me refiero a este tema. Me esta encantando.
LAURA
Mercedes, pasa por mi blog, hay una cosita para tí.
1 besoooo
A Verónica:
Voyyyyyyyyyyyyyy, ahora mismo.
Un beso.
A Paloma:
Puedes comprar mi libro en la Casa del Libro y por internet, incluso escribiendo un correo a la misma editorial, que suelen mandarlos en dos o tres días sin problema.
Gracias por todo.
Un beso.
Para Laura:
Por favor, dime quién eres, si te conozco de algo. Necesito saber de mis lectores. Gracias por leerme.
Un beso.
Ah! Creer en la existencia de algo superior a nosotros, que es más que un acto de fe. Actos de fe son los que nos llevan a creer en la humanidad, en el universo que no vemos más si intuimos. El mayor acto de fe sería creer en el ser, creer en nosotros mismos que parte de esa grandiosidad somos y por derecho seremos. Besotes
A Mer:
Bueno, yo diría que el primer paso es creer, aunque sea en pequeñas cosas, después se irán subiendo escalones hasta llegar a tener fe en las grandes. Creo que el problema de el ser humano de nuestros días es que está perdiendo la fe, que no confía en nada.
Un beso
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