Entrada publicada por Jose C.
Encontrar la razón sobre alguna cuestión es una tarea complicada. Llevo unas semanas empapándome en cuestiones sobre la creación y la existencia en sus facetas científicas, y es sorprendente la cantidad de información a la que se puede acceder al respecto. Me encontré con la confrontación entre las tendencias creacionistas, que parecen solucionar todo enigma con la presencia de un enigmático dios; el darwinismo con su teoría de la evolución, basada principalmente en la selección natural; y por último el DI (diseño inteligente), que trata de justificar la mano del creador a raíz de la profundización en materia científica que permiten los avances tecnológicos, y que a la comunidad científica parece escocer por desmontarle parte del trabajo que vienen realizando desde hace siglos. Resulta muy interesante contemplar todas las posturas y observar como provocan la separación de las personas.
Es una cuestión que en alguna ocasión ha requerido la intervención de la justicia para solucionar algún conflicto social derivado de esta necesidad de declinar “la razón” hacia alguna de las partes. De ahí el título de este post, dada la necesidad imperiosa de dejar la razón sobre alguna de las partes aspirantes a poseerla, con el correspondiente perjuicio para quien no se le reconoce.
Después de reflexionar sobre esto, y sin pretender tener “la razón”, me parece que aquí falla algo de base que nuestra justicia no llega a contemplar y es el derecho a que cada cual elija sus creencias conforme a sus necesidades del momento, que obviamente no son las mismas para todos. Eso si, respetando las preferencias de cada participante en esta variada realidad. En lugar de respetar la libertad de creencias, se fuerza a unificarlas, entorpeciendo el desarrollo natural de las personas en el aspecto espiritual, tan unido a cualquier otro aspecto del ser humano.
Porque vamos a ver ¿Quién tienen la razón absoluta sobre algo, cuando siempre hay alguien que tiene sus propias convicciones para pensar de forma distinta? Por muchas vueltas que le doy, nadie la tiene, pero eso si, nos encanta tenerla. La razón es algo que nos produce tremenda satisfacción cuando se nos da, llegando a obviar los efectos de esta victoria, entre los que suele haberlos de sensación de vacío posterior y nuevos conflictos derivados de esta posesión.
Esto es algo que se puede observar en cualquier cosa, desde la más profunda y básica, a la más cotidiana.
Ahora, en estos días, estoy observando las distintas posturas referentes al enigmático origen de las Pirámides de Guiza, ciertamente muy interesante, donde se dan una serie de circunstancias de difícil explicación. Pero lo realmente sorprendente es que, como suele suceder, las distintas partes del debate se aferran a su propia teoría, normalmente tratando de reforzarla constantemente, incluso ignorando los argumentos distintos.
A veces, observar este ansia por la razón llega a pasar de triste a divertido, pero no me olvido de que “la razón” es el arma más potente para someter, curiosamente sin tener ninguna razón para hacerlo.
38 comentarios:
Jose,es algo tan sencillo,como que el ser humano siempre quiere llevar la razón y no se aviene a distintas teorías.
Muy buena entrada.
Besos.
Morgana, esta vez es para ti el premio a presteza, por lo rápido que has acudido.
Si, el efecto que produce en el ser humano es así de sencillo, pero la causa... ¿por que nos gusta tanto tener razón?
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...bueno, argumentos si pueden haber infinidades... el punto es que realmente sean argumentos fundamentados en hechos, y demostraciones inobjetables...
siempre el combate de ideas a través del diálogo, la lógica, la rezón, el debate, la persuasión... es interesante y un buen ejercicio para interactuar y hacer crecer la capacidad creadora de la mente...
Un gusto leerte JC... Saludos
Como dijo un poeta de hace mucho tiempo:
"En este mundo traidor/
nada es verdad ni mentira/
Todo es según el color/
del cristal con que se mira."
A veces es bueno, es saludable y es de personas adultas ponernos en el lugar de los demás y en ese ejercicio de empatía intentar ver matices que desde nuestra postura no apreciamos. Creo que con los años cada vez discuto menos y de los demás intento aprender que no hay verdades absolutas.
Un saludo.
Verdaderamente, qué más da la teoría de cada cual en cuestiones existenciales. Claro que sí, lo importante es que sea válida para cada individuo, sea cual sea. Estoy de acuerdo contigo, la mayoría de las veces, cuando discutimos, sobre estos temas o cualquier otro, perseguimos llevar la razón, imponernos, controlar. ¡Ay!, cuánto más no elevaría discutir para encontrar la verdad.
Me alegra ver que te has animado a compartir una de tus reflexiones con nosotros.
Un abrazo para ti y otro para cada uno de los seguidores, a los que no olvido.
Por fin apareces, estimado J. Carlos, me alegro. Como siempre trasmitiéndonos una sensación de inconformidad tan necesaria y propia de esos hombres con mentes inquietas y rebeldes. En esta ocasión propones cómo a través de la razón tratamos de convencer y convencernos. Ya sabes que me gusta dar mi opinión trayendo a colación la reflexión de los maestros. En esta ocasión me viene la mente una de las bienaventuranzas que dice: “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”. Por lo tanto creo que sin este requisito tontería que bregues.
Un saludo
Abelardo
Mi querido amigo: Celebro con entusiasmo tu "aparición" en el nuevo formato del Blog, tras el año sabático de Mercedes, y la aguda y graciosa ironía de Ángeles. Más aún celebro el tema que has elegido. En mi humilde opinión, la razón -nada menos que "absoluta", según propones- no la tiene nadie, por sabio pudiera ser, por la simple razón de que la cuestión propuesta no es un ente de razón y, además, por otra quizá no tan radical, pero sí creo que muy contundente: ¿Qué es lo absoluto?. Pienso que el concepto de "absoluto" es inseparable del de "eterno". Por tanto todo lo que es temporal, no puede ser absoluto, sino meramente relativo, que es el concepto antípoda, y nosotros, todos, los sabios y los ignorantes, vivimos en el tiempo, sin que nadie pueda saber que hay detrás de él. Es decir, cuando, como dice Heidegger, "suenan las campanas de la muerte" y el tiempo se acaba. Un abrazo, José Carlos. Luis Madrigal.-
Alhami, el hecho es que lo que para uno está argumentado o fundamentado, para otro no, porque la realidad se valora objetivamente desde una perspectiva limitada, cuando la quieres cerrar entre explicaciones demostrables que dejan al descubierto tantas evidencias inexplicables.
Ciertamente, el diálogo, como medio de enriquecimiento mutuo para alcanzar conclusiones propias, es genial, pero en el fondo nadie podrá convencer totalmente a otro de sus razones, pues la búsqueda de la verdad es el afán de todos, cada uno con su recorrido propio.
Gracias.
Cayetano, me ha gustado que menciones ese ejercicio de empatía, que tanto cuesta practicar y tantas veces sana los conflictos interpersonales.
Que el paso de los años solo nos traiga cosas como las que describes.
Un saludo.
Mercedes, imponernos y controlar es lo que hemos aprendido desde chicos y lo que vemos constantemente a nuestro alrededor. No es de extrañar que sigamos estas mismas pautas impulsivas y que tanto nos cueste reconocer su inutilidad.
Ya ves que en alguna cosa que otra estamos de acuerdo y, a lo mejor, con el paso de los años quizá sean bastantes.
Un abrazo.
Apreciado Abelardo:
Citas una bienaventuranza que bajo mi forma de ver es limitada y limitadora, aunque no por ello estoy en desacuerdo. Limpiar el corazón o lo que para mi es lo mismo, disipar las ataduras para purificar la conciencia, es lo que yo creo que es el trabajo fundamental de todo humano dentro de él mismo, de entrada porque reconoces que es algo que te beneficia, aunque no pretendas ver a Dios.
Un abrazo.
Estimado Luis:
Pareciera que pretendamos ser dioses sin saber un mínimo de lo que eso significa, solo por lo que nos han contado de como es Dios; por cierto, imágenes de él apoyadas en una razón, que puede o no ser certera.
Yo también me encuentro a gusto al volver a comunicarme con vosotros, con mis cosillas.
Un abrazo.
Es cierto que casi siempre pretendemos llevar razón. Incluso algunas veces cuando, inicialmente, sólo pretendemos aportar nuestra creencia, nuestros contertulios piensan que queremos tener razón y se acaba entrando en esa discusión, que en demasiadas ocasiones concluye en que se da la razón a quien es más pesado o pega más voces. Más que nada porque nos deje en paz.
Esto de tener razón o no importa según qué cosas. Cuando alguien se empeña en demostrar que dos más dos son cinco (o tres), pues habrá que intentar sacarle del error. Esta caricatura viene a cuento de que muchos intentar imponer sus criterios partiendo de errores de bulto.
Pero sobre otras cuestiones (por ejemplo el origen de la vida) es inútil pretender llegar a un consenso. Uno tiende a pensar que la teoría DI se acerca y ajusta todo.
Me parece que mentes y teorías como las de Teilard D'Chardin (no sé si escribe así) son demasiado poco tenidas en cuenta.
Creo que nos gusta tener razón porque la idea de tener que empezar a mirar el mundo desde otra perspectiva nos parece agotadora, sin embargo, cuando la obtenemos (la razón) o nos la dan, es cuando nos empezamos a plantear si realmente la verdad es única y somos nosostros quienes estamos en posesión absoluta de ella, o por el contrario, nos han visto tan ofuscados que nos la dieron así como quien te dice "para ti la perra gorda". El caso es no estar nunca satisfechos... muy humano, por otra parte.
Saludos
Querido José C. Has traído un tema de los que sabes que me obliga a reflexionar y cómo no, a contestar. Voy a tratar de analizar despacio lo que nos dices:
En el primer párrafo, no nombras la posibilidad del creacionismo por azar. Simplemente la añado, no la discuto, ni afirmo ni niego.
En cuanto al segundo, que da nombre al título de tu entrada, hay ocasiones en que la razón no es tan necesaria como ente, lo es para cada uno: tú mismo lo dices cuando afirmas: “me parece que aquí falla algo de base que nuestra justicia no llega a contemplar y es el derecho a que cada cual elija sus creencias conforme a sus necesidades del momento” En tu afirmación veo dos cosas. Primera: que no es un tema de justicia, es un tema de conciencia. Precisamente por eso podemos soltar ¡pa ti la perra gorda! Porque no es un tema de justicia. Segunda: Me sorprende que digas que cada cual “elija sus creencias conforme a sus necesidades del momento” En época de adolescencia y juventud son propias las necesidades del momento. En los adultos, a mi modo de ver, no tanto, pero como te digo es sólo mi opinión.
Por último, sólo los necios, los dictadores y demás, se creen en posesión de la verdad absoluta. De modo que y, con esto termino, no estoy de acuerdo con tu afirmación: “la razón” es el arma más potente para someter…” La razón y la verdad de cada uno es lo que nos hace libres.
No hay nada parecido a la razón, que justifique la sumisión de nadie, de ningún pueblo.
Besos casi de verdad.
Para mi mi apoyo es Dios, se que me ayuda siempre en los momentos dificiles , tambien le doy las gracias por todo lo bueno que me da, tambien repeto la creencia de los demas.
Un fuerte abrazo.
me ha gustado tu entrada, y en esto de la razón, me permito ponerte un chiste de maños. Pararon en un escaparate dos maños y vieron una pieza que les llamó la atención, uno decia que era queso y el otro que jabón, ante la duda compraron un pedazo y lo probaron, el que decia que era jabon dijo, ves como es jabonnn, a lo que el otro contesto, es malico pero es queso.
Un abrazo
Es propio de mentes abiertas, maduras e inteligentes pensar que la "razón" es decir la verdad sobre un hecho o lo que es peor sobre una teoría que más se basa en ideas que en realidades, no es única ni absoluta.
Discutir sobre ello puede ser enriquecedor, pues al aportar cada cual las razones de su "verdad", puede ampliar la de los otros; pero insistir, intentar estar en posesión de la única verdad, pontificar, absolutizar e incluso estigmatizar al que no coíncide con la propia idea , es de mentes cerradas y obtusas.
Quizás exista una verdad absoluta, no lo sé, pero creo que más bien hay muchas verdades y muchas maneras de entender las cosas, no necesariamente contrarias y sí condicionadas con el momento, el lugar, la tradición, educación etc.
Un abrazo José Carlos, menos mal que has venido. Á.
Amando, dos más dos, para ti, para mi y para casi todo el mundo son cuatro. Lo difícil es tratar de comprender como para alguien puede tener un resultado distinto, tratar de captar su punto de vista y aceptarlo, antes de tratar de corregirlo. Sería ésta la postura que evitaría el conflicto causado al imponer lo que para otro de entrada le supone un dogma.
Me anoto el autor que mencionas para ponerlo en cola de lectura.
Muchas gracias.
Hola Narci.
De momento, creo que la satisfacción por poseer la razón es efímera en nuestra existencia, lo que me lleva a la conclusión de que solo se trata de existir para experimentar. La razón... a saber cuando se encontrará, o quizás, tal y como la entendemos, no exista.
Por eso, sentir insatisfacción por no encontrar la razón definitiva es darnos constantemente contra un muro. Necesitamos entonces encontrar otro objeto de satisfacción o cambiar el concepto de lo que es estar satisfecho.
Un saludo.
Creo que la fe y la razón son dos cosas distintas. Y aunque ha habido en la historia intentos soberbios no veo como unificarlos. Eso sí los que apelan a la razón tendrán que demostrarlo, si es que eso es posible.
Querido Jose C.
El dibujo en si mismo es bastante
explicito.
Seguramente todos tienen un pòco de
razón, pero creernos en posesión
de la verdad suponer no apartarse
ni un ápice de su posición.
Interesante tu entrada.
Saludos.
Angela.
Yo creo, Jose C, que queremos tener razón por muchas "razones" y de distinto tipo, pero si con limpieza se busca la razón de algo es para establecer una concordancia entre la realidad y la representación que de ella hacemos en la mente, es decir, porque queremos avanzar en el conocimiento de las cosas, que es dar "cuenta y razón" de las mismas, de como son, porque el relativismo extremo lleva a la desidia, es decir, al retroceso. saludos bloggeros
Apreciada Isolda:
Gracias por añadir la cuarta posibilidad. Es posible que haya más que yo no sepa, pues tampoco he buscado muchas teorías.
De acuerdo estoy en que no es un tema de justicia, pero como ya he comentado, la justicia se ha pronunciado alguna vez en estos asuntos sin tener demasiado en cuenta la conciencia.
Tengo que discrepar (sin pretender imponer nada) sobre lo que refieres de las necesidades del momento de los adolescentes con respecto a los adultos. Tal como yo lo veo, los adolescentes no parecen estar muy necesitados de razones para su existencia, pues a menudo se conforman con lo que ven, el ejemplo que les damos, y nosotros los corregimos sin darnos cuenta de ello. Creo que los adultos debemos valorar con más detenimiento nuestras creencias y convencimientos para ver si realmente son acordes con la realidad, la nuestra y la de los adolescentes a los que debemos ayudar. Por eso creo que a los adultos nos quedan muchos variados momentos con diversas necesidades, pese a pretender lo contrario, negándonos a modificar nuestros esquemas de existencia.
En democracia podemos ver (al menos yo lo veo) como los políticos se arman de razones para captar a máximo de votantes y luego ver también el consiguiente sometimiento a la sinrazón. Habría entonces que ampliar el catálogo de focos de sometimiento, más allá de los conocidos como dictadores y necios.
También discrepo con tu afirmación: "La razón y la verdad de cada uno es lo que nos hace libres". Puede que te sientas poseedora de tu verdad, y que además la aceptes como definitiva (por lo cual serias muy afortunada) pero el hecho de poseer la verdad no te hace libre. Se empieza a encontrar la libertad conforme te alineas con la verdad; despertar de conciencia con la consiguiente evolución personal.
Sobre tu última afirmación, yo la ampliaría a que no hay nada que justifique la sumisión de nadie, nada. También creo que debemos ver las cosas que nosotros mismos pensamos y hacemos, y con las que nos auto-sometemos. Esto es un paso primordial hacia la libertad, que requiere valorar nuestras razones y verdades propias.
No hace falta que te diga que me ha gustado tu intervención, por lo reflexiva y variada.
Un saludo.
Kurra, para mi, tus afirmaciones son de las mejores a considerar.
Un abrazote.
Josefina, me ha gustado el chiste; una genial caricatura sobre el tema.
¡Que buena es la risa!
Un abrazo.
Querida Ángeles.
De mentes cerradas y obtusas estamos rodeados; bastantes de ellas dando forma a lo que vemos como realidad a nivel colectivo.
A veces son tal sutiles en su influencia, que no nos percatamos de como nos desvían de nuestra propia verdad en un momento evolutivo determinado.
¿Lo de menos mal que has venido no lo dirás porque no tienes material? Me extrañaría mucho que la inagotable Ángeles se quede sin ideas ni relatos.
Un abrazo.
Bueno D. José, ya era hora que nos hiciera pensar y razonar. Se mete en un berengenal muy produndo, porque lo primero habría que saber que es la razón, porque yo creo que mas que razón a veces es imposición. La razón bien razonada debe ser la que cada uno tiene y nada mas. El problema viene cuando la razon del estupido se trata de imponer. Un abrazo D. Jose C.
Claro Ni la breve. Ha veces se impone una razón indemostrable, quizás por favorecer a una mayoría, lo cual me resulta injusto.
Ángela, supongo que el orgullo nos lleva a no querer despojarnos de tal trofeo, sin poder ver lo que nos ancla.
Estimado José Antonio, creo que llevas razón (disculpadme, pero es que la expresión no puede ser más oportuna). Sin esas razones, más o menos temporales, no sabemos caminar, lo que no implica que sea necesario imponerlas ni universalizarlas. Aunque de vez en cuando, creo que tampoco pasa nada retroceder un poco para volver a coger impulso.
Un cordial saludo.
D. Curro, creo que ha definido bien la razón y su razón de ser. Ahora, al que le parezca bien, no queda más que aplicarse la definición, sea como piensen o digan lo que digan los demás.
Un saludo.
Muy interesante tu entrada. Al respecto me siento bastante liberal, me da exactamente igual cual sea la realidad, la he perseguido durante toda la vida y me he percatado de alguna cosilla. Que no somos todo lo libres que nos hacen creer y deseamos creernos, que la curiosidad y por tanto el desarrollo científico es lo más cercano que nos podamos acercar a la realidad, siempre dentro de nuestras limitaciones peero, no por ello hemos de despreciar las semillas que sembró nuestro género a través de un conocimiento antiguo que no disponía de los medios que ahora nos podemos permitir, pero estaban en contacto con la sabiduría de la naturaleza y nos han legado observaciones sobre las que nos hemos apoyado para encontrarnos donde estamos. La amalgama del desarrollo de la ciencia a lo largo de la historia, aunque en su día estuviera unida a la filosofía, (y no menciono el término religión, porque eso lo incluyo dentro del concepto filosófico, pero con un matiz eminentemente práctico y manipulativo) es lo que nos hace ser quienes somos, una especie afortunada y a su vez demasiado soberbia, seguramente porque el cortex frontal todavía siga en proceso de evolución. Un fuerte abrazo.
Hola Emejota.
Yo también me considero liberal al respecto. Por eso considero también un error pretender apoderarse de la verdad y esforzarse en imponerla, ya sea por parte de cualquier tendencia filosófica como por la ciencia.
Creo que el hecho de ser como somos es atribuible en gran medida a estos esfuerzos y que nunca sabremos si hubiéramos sido mejores de haber sido más abiertos con este asunto, pero yo personalmente, veo que es buen momento para descubrir que las posibilidades son más y mejores de lo que hemos venido creyendo y por tanto aprovechables para solucionar tantas cosas pendientes en nuestra evolucionada civilización.
Un abrazo.
El ansia no llega a ningún lado...
Saludos y un abrazo.
¿Y tanto circunloquio para llegar a esa conclusión? ¿De verdad hay alguien que no sepa que índole nos constituye al género humano...??
Hola Antonio.
Se suele decir que todos los caminos llevan a Roma, unos más directos y otros que hacen un rodeo.
Un saludo.
Sr./Sra. anónimo/a, espero que sin tan innecesarias reflexiones haya llegado Ud. a una contundente conclusión y tenga resuelta toda duda al respecto.
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