Autora: Ángeles Hernández Encinas
Todos los años, el cinco de enero por la tarde, íbamos los primos a la casa Parroquial donde vivía nuestro tío cura con los abuelos. Ese día nos acostaban muy temprano porque había que madrugar muchísimo, pero la ocasión lo merecía y nadie protestaba por irse a la cama. Algunos, sobre todo los pequeños, dormían intranquilos, y nerviosos por la espera o el recuerdo evanescente de otras ocasiones.
Antes de amanecer las trompetas y los cohetes voladores empezaban a oírse a lo lejos y uno de nosotros -quizás nuestros padres más inquietos aún que sus niños- daba la voz de alarma: “Ya están aquí, ya vienen”.
A toda velocidad, quitándonos las legañas con el dorso de las manos y poniéndonos sobre el pijama alguna prenda de abrigo, que el frío de enero era intenso y la calefacción ausente, salíamos a la calle con la ilusión que traducían nuestras sonrientes caritas y nuestro revoloteo sobre la acera, delante de la casa. Mirábamos a la derecha, hacía la calle principal, oliendo la pólvora y sintiendo el bullicio de otros niños que, como nosotros, aguardaban a la puerta acompañados por sus parientes, muy atentos, siguiendo sus movimientos y animándolos con frases cariñosas. De vez en cuando, alguno de los más pequeños que no entendía gran cosa lo que estaba pasando, lloraba asustado por el alboroto que en todo el pueblo se sentía.
Cuando, minutos más tarde, en un caballo negro, trotando despacito aparecía el Rey Melchor, los aplausos y las risas eran unánimes: risas nerviosas, risas ilusionadas e ingenuamente bellas. Melchor, cabellos y barba muy blancos, capa oscura de terciopelo bordado con estrellas diminutas, corona de oro y brillantes, era el primero. Detrás, con melena rubia y caballo tordo, Gaspar, y al fin lampiño, con la piel muy negra, a lomos de una jaca parda, Baltasar. Les seguía de cerca un carro muy grande, lleno de paquetes con el nombre y dirección de cada niño del pueblo, ordenados por el cartero local para su distribución, casa por casa. Eran los regalos y mirábamos para localizar si el nuestro estaba entre los cientos de cajas envueltas con papeles y cintas de colores.
Atónitos y emocionados esperábamos nuestro momento. El Rey, uno de los tres, o los tres según la suerte de cada año, se acercaba hasta donde estábamos y decía en alta y potente voz: “¿Quién se llama Angelines?”. Y Angelines, temblando y riendo levantaba la mano diciendo: “Yo, soy yo”. Después, izada por su papá hasta la alta montura, recogía sus regalos y daba un beso al Mago que con ternura preguntaba: “¿Has sido buena este año?, ¿Qué has pedido?” Uno a uno todos recibíamos, de manos directas de SSMM, los juguetes escritos en la carta que, unas semanas antes, habíamos enviado a Oriente.
Cuando a los siete años mis padres me dijeron que los Magos eran ellos mismos me sorprendí muchísimo. Nunca lo hubiera imaginado dada la veracidad de nuestros encuentros anuales.
Poco tiempo después, yo misma participé en la organización de tan esmerada cabalgata. Mi tío, que como ya he dicho era el cura del pueblo, se encargaba de ello junto con los jóvenes de la localidad. Semanas antes nos reuníamos en la casa parroquial para ensayar qué había que decir a los chavales: “lo importante es que los críos estén contentos”, hacer las barbas con algodón y las coronas con cartón y papel de oro y plata, elegir los mantos de la Virgen para usar como capas y los caballos en los que cabalgar. El día cinco de enero, desde por la mañana, empezaban a llegar paquetes a la Iglesia, debidamente etiquetados, que luego cargábamos en el carro para su posterior distribución, casa por casa, como siempre.
44 comentarios:
Recordar, dice Galeano es volver a pasar por el corazón...
Qué hermosura, los recuerdos.
Angeles, querida amiga, has descrito tan bien tus experiencia con los Reyes Magos, que me sentí recogiendo los regalos al llamarme con mi nombre. A mis hijos les conté que, al haber tantas personas en el mundo, los Reyes Magos habían delegado en los padres para el reparto de los juguetes. Eso alivió la después cruda realidad. ¡Qué pena que desaparezca nuestra inocencia en tantos aspectos de la vida! Feliz año a todos vosotros y un fuerte abrazo.
¡Qué gratos recuerdos! ¡Y qué momento más terrible cuando el niño deja de serlo y se da cuenta de que no hay ninguna magia tras el regalo que recibe, ingresando irremediablemente en el prosaico mundo de los adultos!
De todas formas, nadie puede privarnos de nuestros recuerdos de la infancia, de esa magia especial del día de Reyes.
Que esta noche, SSMM los Reyes de Oriente, aunque hayan tenido que vender los camellos por la crisis, te traigan muchos regalos e ilusiones.
Éstas que cuentas son las ventajas de vivir en pueblos pequeños. En una ciudad -por muy pequeña que sea, lo digo por Segovia- estas cosas no se podían organizar de este modo.
No me extraña que con siete años te sorprendieras de los Magos existen de otro modo un poco diferente a lo que creías...
Son los recuerdos los que mantienen la ilusión, la añoranza la que nos hace revivirlos.
Entrañable texto Ángeles.
Un beso.
Me ha encantado tu relato, menudo montaje genial teniais en tu pueblo. Estoy de acuerdo con el comentario de María Jesus, aunque admito que debí ser una niña algo rara, porque alrededor de esa edad que mencionas y quizás por algún comentario malintencionado escuchado en el colegio, sumado a una observación inusitada hacia semejante acontecimiento, llegué a la conclusión que los reyes eran quienes eran y que lo había descubierto por mi misma (es un decir). Creo que mis padres se relajaron al no tener que disimular tanto. Un fuerte abrazo.
Bellas costumbres que se realizaban también en mi barrio y que desgraciadamente se han perdido.
Hermosa entrada.
mariarosa
Lo has redactado muy bien, que los Reyes Magos te dejen muchos regalos, un besote fuerte.
Yo recuerdo que con mi hermana mayor eramos muy picaronas y nos lo pasabamos bonba escondidas viendo los preparativos que hacian mi madre y mi tia, que malas.
Un beso y que los reyes sean explendidos.
La ilusión de abrir los regalos y de intentar pillar a los reyes magos por la noche...preciosa entrada, muchos recuerdos.
Un beso.
Fernando:
Es verdad que aún ahora al releer lo que he escrito me tiemblan las piernas como entonces.
Quizás por eso agradezca tanto los regalos afectivos, como tus palabras.
Un abrazo Á.
Cayetano:
Creo que por muy adultos que seamos nunca perderemos del todo la ilusión primera que para mí en estos tiempos se está aproximando gracias a las personas que, como tú, dedican parte de su tiempo a lo que escribo.
Un abrazo Á.
Amando:
Los de pueblo siempre hemos padecido un cierto handicap al mudarnos a la ciudad; alguna ventaja teníamos que tener.
Un abrazo y que mantengas tu ilusión por seguir creyendo en ti y en nosotros Á.
Elena:
Que siempre tengas un bello recuerdo que evocar cuanto sientas añoranza.
Un abvrazo Á.
emejota:
El montaje de mi pueblo tenía un motor: mi tío el cura y su enorme capacidad de entusiasmo por los niños, queaún hoy conserva.
Desde aquí le rindo homenaje pues a sus 82 años continúa en activo.
Gracias por tu comentario que me ha ayudado recordarle especialmente y un abrazo Á.
María Rosa, gracias por tu comentario y un abrazo. Que los recuerdos de tus antiguas abalgatas te reconforten tanto como a mí.
Un abrazo Á.
Kurra:
Mis mejores deseos para ti y tus espléndidos Reyes.
Un abrazo Á.
Josefina y Blanca:
ambas intentabais pillar "la trampa", se nota queeráis más espabiladas que yo.
Un abrazo y que la vida y los Magos sean generosos con vosotros Á.
Mª Jesús:
Recuerdos hermosos por el corazón, sobre todos los que provienen de la infancia más ingenua.
Un abrazo y muchos regalos para ti, de los que vienen de dentro, no los que nos imponen desde afuera. Gracias por tu presencia en este día que es uno de los obsequios que estoy recibiendo Á.
5 de enero de 2011 21:15
Que esta noches los Reyes hagan reavivar la ilusión.
Alicia
Bonitos recuerdo Ángeles...la inocencia de la niñez.
Recuerdo que durante la cabalgata el Rey Baltasar me dió un beso y me dejó marcada la cara de su pintura negra, y no quise quitarme la pintura en toda la noche porque decía que entonces no me reconocería...jajaj.
Esa es la ingenuidad más bonita.
Feliz día de Reyes
Que bonitos recuerdos de la infancia y que ilusión la de aquellos maravillosos años.
Has dejado una descripción del días de reyes genial y lo mejor, auténtica.
Un abrazo compañera y que tengas un día de reyes mágico.
Pero...¿existen lo Reyes Magos o no? Todos los años por estas fechas me asalta la duda. No sé, cuando lo dice tanta gente...
Un besote.
Angeles:
¿Dudas de que los Reyes Magos existan?
Cuando algo tiene nombre, existe... A mi me han traido muchas cosas... recuerdos, cariño, alguna cosilla... y todo ello siendo republicano convencido.
Saludos.
Angeles:
¿Dudas de que los Reyes Magos existan?
Cuando algo tiene nombre, existe... A mi me han traido muchas cosas... recuerdos, cariño, alguna cosilla... y todo ello siendo republicano convencido.
Saludos.
Es una noche mágica y todo lo
que gira a su alrededor tambien.
Tengo que confesar que yo me
tambien pretendía conocer a los
Magos y espiaba su aparición, pero
al final me dormía.
Ángeles nos has traido un montón
de recuerdos bonitos, con tu entrada.
Saludos. Angela.
Los Reyes Magos existen y me han devuelto mi vida, gracias sus majestades. Espero que a todos os haya ido tan bien como a mí.
Un texto muy bonito, con unos recuerdos que son trozos de vida, un mosaico que sigue siendo vida. Feliz año 2011, espero que los Magos hayan sido tan generosos como os merecéis.
Hermosos recuerdos y mágicos, bien contados. Hay en ellos una emoción que hoy seguimos viviendo, aunque ya sepamos, que los Reyes no vienen de Oriente sino que los tenemos al lado día a día.
Recuerdos entrañables que se vuelven presente y la rueda sigue girando, y los niños que hoy lo son, se convertiránen magos por un día para sus hijos.
Besos y feliz 2011.
Bonito texto, Ángeles: yo me imagino a alguien, escéptico, que haya tenido que hacer de rey mago por compromiso y luego, metido en barbas postizas, en esa harina particular que es la fe inquebrantable de los más pequeños, al palparla, desbordado él por esa emoción,como el actor aquel que hacía de Tarzán, haya acabado por creérselo y fuera por ahí regalándolo todo a los más pequeños y hasta procurándose un camello para ir a trabajar. Un saludo
Alicia, Princesa:
Creo que nunca debemos perder la ilusión, menos aun hoy
que tanto la necesitamos.
Un abrazo. A.
Jose Carlos:
Gracias compañero, estos recuerdos y otros, nos ayudaran a que la magia nunca desaparezca definitivamente de nuestra vida.
Mucha magia también para ti y los tuyos. Un abrazo A.
Flamenco:
Haberlos haylos, como las meigas, tu mismo eres uno de ellos: Rey y Mago.
Un abrazo. A.
Máximo, Ni:
Es una alegría para mi que personas tan "descreídas " hayáis recibido vuestro merecido premio.
Eso es porque los Reyes no hacen distingos entre la gente buena como vosotros .
Felicidades, me alegro mucho. Un abrazo muy fuerte para cada uno de vuestra amiga A.
Gracias Angela y Maria:
Espero y deseo que vuestros regalos hayan estado a la altura de vuestros deseos. Un abrazo. A.
ARO
Esa es la idea que los hermosos recuerdos sirvan para mantener la ilusión hasta el próximo seis de enero .
In abrazo. A.
Narci:
Me gusta tu visión, los hijos de ayer somos hoy los Magos de hoy.
Un abrazo. A.
Jose Antonio:
Otra nueva visión de este relato, la capacidad de emocionar y motivar la ternura que existe en la dulce sonrisa de un niño entusiasmado.
Gracias por tu comentario y un abrazo de A.
Queri Ángeles:
Enternecedor tu relato, que nos descubre, a muchos de nosotros, entrañables costumbres populares que no imaginábamos. Sí, debió ser hermoso; mi recuerdo, como niña pobre de la posguerra, es muy diferente.
Ángeles quiero agradecerte especialmente tus inteligentes comentarios, en los que pones tanto trabajo psicoanálitico que me haces sentir como una mariposa atravesada por un alfiler bajo una lupa, en vez de esperando un crítica literaria. Pero es cierto que con frecuencia son muy clarificadores. ¿Eres psicoanalista? Espero que no acabes pasándome una minuta por tus diagnósticos espontáneos.
Un abrazo, guapa.
Elvira
Elvira te contesto aquí porque no consigo encontrar tu dirección:
No soy psicoanalista así es que lejos de cobrarte quizás puedas denunciarme por intrusismo, pero es que ...
Me encanta buscar el oculto o no tanto, sentido de lo que escribes. A veces no es fácil y he de leer tu poema varias veces, son tan buenos que es un placer. Y en una de ellas, los versos me dicen, o yo interpreto, una lectura extraliteraria, con sentido del contenido. Luego contártelo de manera ordenada e inteligible también lleva su proceso, pero lejos de pensar que pierdo el tiempo, me sienta bien el que paso ordenando ideas e intentando transmitirlas a la cabeza que las parió.
Hacer un análisis literario de tus textos está lejos de mis capacidades, eso lo hacen los expertos, con cuyas críticas aprendo y disfruto, pero más, mucho más (hasta ahora) contigo.
Gracias por el detalle de hacerme saber que te llegan, de alguna u otra manera, mis comentarios.
Un abrazo y procuraré seguirte de Á.
Querida Ángeles:
Me interesan mucho tus comentarios, que son inteligentes y trabajados, muy por encima del común. Lo que no obsta para que, sobre todo en esta ocasión, en mi blog y en el de Fernando, me haya sentido incómoda, como un insecto que aún aletea bajo la fría lupa del entomólogo.
Creía de verdad que eras psicóloga, y no me parecía ético que analizaras en público y sin mi permiso, los sentimientos de una poeta que como yo escribe con las venas abiertas. Lo que dio pie a la ironía de la minuta.
Yo me expongo en carne viva y ,por supuesto, tú puedes criticar lo que escribo y decir lo que piensas, ¡faltaría más!, pero analizar lo que queda detrás de un poema doloroso, aparte de arriesgarse a errar, no es ningún juego. Espero que lo comprendas.
Un abrazo.
Elvira
Disculpa Elvira mi ignorancia. No tenía porqué haber comentado tu poema en el blog de Fernando, me animé a hacerlo porque crei que al hacerlo tú, dabas pie a que los demás hubiéramos captado la coincidencia.
Mi manera de analizar los poemas, los tuyos, los de Fernando , los de Amando... es absolutamente intuitiva. No pretendo descubrir secretos porque es imposible saber que os lleva a escribir lo que escribís. Mas al ser público-ado cualquiera que se interese por leer con profundidad, podría llegar a sentir lo mismo que yo, u otra cosa según sus emociones, pero que no tienen por qué coincidir con las intenciones del autor.
De manera respetuosa no digo: Elvira dice... sino "yo interpreto" tu poema como una pesadilla por el temor ancestral a la soledad de los que amamos, etc, etc. Es mi mirada, mi proyección, no una disección de entomólogo.
Lamento haberte molestado pues, concretamente A TODOS LOS QUE AMO me pareció tan magníficamente escrito y tan aterradoramente triste y desesperante que lo hice propio como mi angustiosa pesadilla, descrita de una manera que yo nunca sería capaz.
Me emocioné y lo largué sin miedo, como otras veces.
En todo caso si hago esos comentarios es por mi propio solaz y por lo que me enriquecen.También me agrada cuando te gustan y/o te parecen inteligentes y hechos con esmero. Espero anhelante su salida pero no es obligatorio que los publique en tu blog si con ello te sientes incómoda. Me los guardo para mí, aun a riesgo de que no me esmere tanto a la hora de escribirlos, pero lo intentaré.
Descubrirte gracias a Mercedes ha sido un buen encuentro para mí, no abundan por estos lares poetas como tú que escriben con las venas abiertas, que se sienten latir y yo amo la poesía.
Espero que me comprendas tú a mí también.
Un abrazo Á.
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