jueves, 30 de junio de 2011

EL BUFON CALABACILLAS


"El bufón Calabacillas" . Oleo de Velázquez.
Actualmente en el Museo del Prado (Madrid)

"Dame pan y llámame tonto", dicen en mi pueblo de las Hurdes de Cáceres donde, por falta de alimento, más de uno que apuntaba hechuras de buen mozo no ha conseguido pasar de tierno infante.

Nací maltrecho y deforme, con pocas chichas y menos huesos. En la tierra donde me parieron, un hijo tarado no era cosa extraña ni causa de sufrimiento o desvelos, sino más bien de abandono y escasez de cuidados: tan poco para repartir entre tantas bocas era mejor empleado en quienes más lo pudieran aprovechar. Sobreviví entre la podredumbre y la miseria porque la naturaleza, tan parca en dones para conmigo, me otorgó el arte de ser gracioso y un estómago que daba buena cuenta de todo lo que mis hábiles manos podían capturar, ya fuera animal, vegetal o mineral. A nadie molesté, antes al contrario, supe moverme sin destacar ni dar señales de que mi presencia pudiera causar dispendio alguno; también aprendí a sobrellevar, con risas y gesto agradecido, algún pescozón y muchas patadas.


Quiso Dios que el Sr. Duque de Alba, que por la alquería de Calabazas gustaba venir a cazar cuando sus reales se aposentaban en el Palacio que en Coria habitaba de ciento en viento, prestara atención a las mil y una chirigotas y piruetas que desde hacía tiempo le venía dedicando. Hícele gracia y mandó llevarme con él para distracción y jolgorio de las frías y largas noches del lóbrego caserón, ya que era costumbre y daba prestigio a los muy pudientes, exhibir bajo el pomposo nombre de “bufón”, a tarados y lisiados de diverso origen como parte de los trofeos y entretenimientos que les enriquecían.

Mucho hube de moverme  y maquinar, como quien no quiere la cosa,  para medrar y hacerme necesario entre los múltiples enseres que los Duques consideraban imprescindibles en su ajuar, forzosamente limitado a causa de sus frecuentes desplazamientos y viajes. En la Corte de Madrid el Cardenal D. Fernando de Austria, hermano del rey Nuestro señor D. Felipe Cuarto, me acomodó en su séquito por ser yo alegre, pudoroso y de fácil manejo; era tal mi gracejo que, al poco de llegar, Don Diego el pintor, me hizo un retrato en el que, con un molinillo en la mano, me presenta como alguien “casi” noble y garboso.

Pero no es ése el lienzo que ilustra este escrito, el que me ha inmortalizado y donde ahora podéis contemplarme. Como buscando la luz que desde  lo alto me ilumina, os miro arrebujado y encogido, bien cubierto de encajes y terciopelos. Frotando mis manos en gesto sumiso, luzco la mejor de mis sonrisas, desvaída pero amplia, insulsa mas alegre y devota, para hacerme perdonar la incómoda mirada que no logra centrarse y enfoca a la vez hacia poniente y naciente. En frío suelo y no en cómodo sillón estoy sentado; como único ornamento, quizás para no distraer la atención del personaje que soy y represento, ha querido el artista colocar unas calabazas, hermosas, con brillos dorados, que hacen honor a mi apodo y al lugar donde nací.

Yo Juan de Calabazas, al fin Bufón Real del séquito de su Majestad D. Felipe, también llamado “El Bobo de Coria”, soy, por obra y gracia del arte de D. Diego de Velázquez, cuyo pincel supo plasmar mi cara y mi cruz, testigo excepcional de la ruindad humana y fiel reflejo de cómo la fortuna gusta de utilizar intricados caminos para labrar destinos que, ni el más audaz e imaginativo adivino, hubiera podido predecir.

A mi amigo Fernando Visedo, artista, pintor, que hizo llegar a mi casa su versión de este retrato y la consecuente reflexión.

martes, 21 de junio de 2011

SOLSTICIO DE VERANO




En  casa ha brotado hoy esta magnolia,  grande -magna- como nosotros dos. Hoy, solsticio de verano, cuando la luz domina  todas las oscuridades.

Bello y significativo regalo que el verano atmosférico nos hace  en el verano de nuestras vidas:  pasión y fuego todavía,   empezamos ya a recoger algunos de los frutos que en el pasado,  sin saber muy bien cómo pero con la fuerza de la ilusión, hemos ido sembrando.

Porque el otoño aún no ha llegado y porque vamos a esperarlo juntos, recibe con ella  mi dulce y perfumado beso blanco.

domingo, 12 de junio de 2011

MILAGRO



Había que inscribir a la pequeña en el INSS y para ello se dirigían los tres, madre, padre e hija recién nacida, a las oficinas correspondientes. Él, gafas negras y opacas, bastón blanco en la mano derecha utilizado hábilmente para irse abriendo paso y una manera de hablar pausada que lanzaba las palabras al infinito buscando llegar al interlocutor, hizo su entrada en el despacho con la niña pegada a su pecho, abrazándola con un esmero no exento de temor. De vez en cuando inclinaba la cabeza hacia la cara de la pequeña para rozarla, tal vez escuchar su respiración inaudible o sentir su olor. A pesar de la agilidad y desenvoltura con la que se movía, era evidente su ceguera. La esposa, a su lado,  le insinuaba el camino asiéndole tiernamente por el antebrazo.

Ambos sonreían, ella discretamente, él con un gesto beatífico cercano al éxtasis. La niña simplemente dormía y, de vez en cuando, emitía pequeños gorgoteos de satisfacción.

-Tomen asiento, despacio que no hay prisa -les animó la funcionaria al verles llegar.

-Gracias, muy amable -susurró la mamá. Mientras, los otros dos se acomodaban con parsimonia, sin dejar de ser achuchada la pequeña, ni cambiar el gesto de satisfacción el papá.

-Me permiten unas sencillas preguntas para rellenar los formularios  -continuó con su tarea la persona que les recibió.

-Por supuesto; todo oídos –respondió la pareja casi al unísono. Mientras, el hombre mecía, ahora con los dos brazos, a la personita que le tenía casi en trance.

-El nombre de la pequeña es Milagros ¿verdad?.

-No, no, Milagros no –replicó el padre como una exhalación -Se llama Milagro, sin la ese final. Nuestra hija es... un milagro.

La madre  acarició levemente la mejilla de su esposo. Se respiraba armonía. Una luz casi mágica, que la mirada vacía del invidente parecía irradiar, ocupaba la atmósfera del despacho. Nadie habló durante varios segundos. Al cabo de los mismos, visiblemente emocionados, reanudaron la entrevista que fue breve.
Al terminar, la funcionaría les acompañó hasta la entrada y les despidió con amabilidad. Después, mantuvo cerrada la puerta unos instantes antes de reanudar su trabajo; tenía que absorber la increíble sensación que flotaba en el aire, el pedacito de cielo que se había quedado con ella.


viernes, 10 de junio de 2011

OSCURECE EN SEGOVIA

Ana J, FranCo, Guillermo Herrero, Amando, Dácil ante las piernas de Sophie


Y se hizo la presentación de “Oscurece en Edimburgo “en Segovia como estaba anunciado, ayer 8 de junio a las 7 de la tarde, en el Salón de Actos de Caja Segovia. El lugar, acogedor y amplias proporciones, estaba casi lleno; el personal escuchó con interés durante más de una hora las explicaciones y experiencias de los cuatro co-autores presentes : Francisco Concepción, Ana Joyanes, Dacil Martín y Amando Carabias, conducidos con agilidad y maestría por Guillermo Herrero , periodista del “Adelantado de Segovia que ejerció de moderador, de voz cantante y de maestro de ceremonias.

Como fondo las imágenes de la portada de la novela: Edimburgo al oscurecer  detrás de unas piernas provocadoras y sugerentes, alternando con las caras, en foto fija, de los escritores. Como aderezo extraordinario, la audición del segundo capítulo leído en “off” en la voz de José Francisco Díaz-Salado, al principio de la presentación.

Guillermo Herrero llamó la atención sobre esta nueva manera de escribir en la “Aldea Global literaria” en la que hoy nos movemos. Para él se trata de un hito en el que destacan como novedad y primicia universal el hecho de que una novela haya sido escrita por siete plumas, sin planteamiento previo de estilo o argumento y con las únicas normas establecidas del orden de participación de los autores y la cadencia de publicación de los capítulos (cada tres días). Estos hechos, de los que ya hemos hablado cada vez que la novela o su proyecto han sido sacados a la luz pública, tuvieron en Segovia algunos matices y apreciaciones que comentamos a continuación


1.-La idea.
Francisco Concepción, alma máter de la misma, aclara que surge en su cabeza a modo de flash, una propuesta sobre cómo escribir la novela que le gustaría leer. Una novela  con una trama intensa, de amores complicados, personajes con aristas, diálogos cargados de significado…Para esta novela ideal fue pensando en autores con peculiaridades distintas en su arte, como ironía fina, sobriedad en la descripción, riqueza en el lenguaje, maestría en la redacción, imaginación y fantasía…Personas con esencias bien diferenciadas, cuya mezcla pudiera dar como resultado una obra plural pero a la vez coherente y bien armonizada. Su fuerza, su seguridad y su capacidad de convicción, la hicieron posible.



2.-La ejecución.
Progresiva. Comenzando con unos primeros capítulos sencillos y cortos que,  poco a poco se fueron complicando, elaborando y alargando de manera espontánea, a medida que la comunicación y la confianza de los autores fue aumentando y que la naturaleza de la historia lo fue pidiendo. Con la dificultad del sometimiento a lo que otros han escrito previamente, a los plazos ineludibles, al turno que no deja elección. Con la facilidad de compartir un proyecto que no da lugar al aburrimiento, al abandono o al retraso en la entrega y la ilusión de saberse leído y esperado.

3.-La colaboración.
Imprescindible que el objetivo común sea el mismo y que exista un exquisito respeto por el trabajo del resto de los co-autores. Ello implica una corresponsabilidad en la que nadie pretende destacar y en la que todos se implican para que el producto final sea el mejor. La generosidad conduce a la armonía y al final es inevitable que surja un enorme grado de amistad entre los escritores, y entre ellos y los comentaristas que regalaron su entusiasmo y su tiempo y que se sintieron escuchados y aceptados.

4.- La sintonía.
Como en una composición musical, como en una sesión de jazz en la que cada artista ejecuta movido y motivado por lo que está escuchando, esta obra ha gozado de unos patrones comunes de comportamiento, de una manera de hacer sincronizada, que condujo a que , por ejemplo la voz de Sophie –la protagonista- fuera la misma independientemente de quien escribiera sobre ella, con el valor añadido de que al ser una opción abierta, cada autor podía tratarla a su manera, aportando a la misma matices polivalentes tan ricos como la vida misma. Es también esta sintonía, la responsable de unos personajes tan diversos y a la vez tan bien estructurados y coherentes; de una historia en la que tantos caminos acaban confluyendo con agilidad y frescura.

5.-El argumento.
Amando Carabias lo resumió muy brevemente diciendo que se trata de una novela de búsqueda. La protagonista, Sophie, quiere saber. Quiere conocer la realidad sobre sí misma, partiendo de un suceso de su vida que marca y condiciona su futuro. Ahondando en él consigue encontrar una respuesta que la dignifica. Su resolución la llevan a conocer a un gran número de situaciones y personajes y conforman la trama.



Además de estos datos que he resumido en los epígrafes previos, también se habló de proyectos de futuro, y de internet, y de los nuevos soportes de la literatura y del estilo “oscurece” acuñado en Tenerife por Iván González, y del gran trabajo que supuso la puesta a punto de la edición, y del impulso y la fuerza de creadores y colaboradores y de… Pero, ni esta comentarista, ni este espacio dan para más.